miércoles, 30 de abril de 2025

Candelucha, la voz que sabotea tus sueños



Candelucha, la voz que sabotea tus sueños con tacones y excusas

Todos tenemos una voz interna que aparece justo cuando estamos por hacer algo grande.

En mi caso, esa voz se llama Candelucha

Bueno y te estarás preguntando porque Candelucha? Empecé a leer nuevamente Hola, Miedos de Michelle Poler y habia pasado por alto esto: ella hablaba de ponerle nombre a esa voz interna que te sabotea. 

Pero yo no me acordaba de esto hasta que mi amiga Isabel Aura de la comunidad de Creetelo me dijo esto ponle nombre a esa vocecita interna y no solo le puse nombre, le di un personaje, mi mente de voiceover y escritora se pusieron en marcha para crear a este personaje que muchas veces gana la batalla en mi vida.

¿Crear el Personaje ? Porque quería saber como era, para decirle tu no puedes ganar esta vez ¿dirán un poco loco ? o no ? , todos afrontamos los miedos de una manera distanta y esta fue mi manera para enfrentarme a ella.

Me la imagine una candela ya sabes porque se enciende sin motivos, como una chispa que quiere quemar tus sueños. Lo interesante es que las candelas en la vida real no se encienden solas al menos que nosotros las encendemos- ahí está el Detalle dijo Cantinflas- y bueno tenia que ser ruda como un luchador de esos de Lucha Libre - y me inspire en Nacho Libre ( si no has visto esta pelicula te la recomiendo un monton te moriras de la risa) Claro si te gusta este tipo de peliculas.

Candelucha no grita ni hace escándalos (al principio). Llega elegante, con tacones mentales, una carpeta llena de excusas y una taza de “mejor mañana”.

Es experta en posponer sueños, archivar proyectos, y convencerte de que no estás lista todavía.

Su frase favorita es: “¿Y si no sale perfecto? Mejor espera un poquito más.”


Así fue como estuve semanas postergando Blog Time. Tenía las ideas, las ganas, el objetivo, ¡hasta el logo! Pero ahí estaba Candelucha, susurrando con voz de consejera pasivo-agresiva:


“¿Vas a lanzarlo así? Mejor estudia otro curso.”

“¿Y si nadie lo lee?”

“¿Y si quedás en ridículo?”


Candelucha es astuta. No te dice “no podés”, te dice “no ahora”. Y ahí se esconde el veneno disfrazado de prudencia.


Pero un día decidí que ya era suficiente.

Me di cuenta de que Candelucha no es una villana malvada.

Es solo una parte de mí que tiene miedo.

Miedo al fracaso, al juicio, al qué dirán.

Miedo a brillar y que la luz sea mucha.

Miedo a intentarlo y descubrir que sí podía, y que entonces ya no hay excusas.


Candelucha solo necesita que le pongamos límites. Que la escuchemos, le demos las gracias y sigamos adelante de todos modos.


Hoy te invito a que le pongas nombre a esa voz impostora que vive en vos. No para pelear con ella, sino para que no tenga el control del volante. Cuando la nombrás, la reconocés. Cuando la reconocés, ya no manda.


Y si algún día te susurra algo al oído, ya sabes qué decirle:

“Gracias por participar, Candelucha, pero hoy tengo cosas más importantes que hacer. Como empezar a cumplir mis sueños.”

miércoles, 23 de abril de 2025

Un libro es un refugio que no te juzga


Hoy celebramos al eterno compañero de viaje, al consejero silencioso, al espejo del alma: el libro.

En un mundo que corre, grita y no siempre escucha, un libro te susurra verdades con calma.

No importa si estás en una estación de tren o en tu cama a medianoche, siempre habrá un libro esperando por ti… con sus páginas abiertas como los brazos de un viejo amigo.

Los libros no son solo historias, son puertas.

A veces te abren a otros mundos; otras veces, te regresan al tuyo con una mirada renovada.

Hay libros que nos han hecho reír hasta el alma, otros que nos han roto por dentro para luego ayudarnos a sanar. Porque sí, un buen libro no solo entretiene, transforma.

Hoy, más que celebrar al objeto, celebramos al vínculo: ese lazo sutil entre autor y lector.

El autor escribe desde sus entrañas, el lector abraza cada palabra como si fuera suya.

Y ahí ocurre la magia: el libro deja de ser de quien lo escribió y se convierte en parte de quien lo lee.

En este Día del Libro, celebremos también nuestras propias historias.

Esas que aún no escribimos, pero que ya habitan en nosotros.

Porque cada uno de nosotros también es un libro en construcción, con capítulos felices, giros inesperados y páginas aún en blanco.

Un libro no cambia el mundo…

cambia al lector, y el lector cambia el mundo.”

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¿Cuál fue el último libro que te tocó el alma… y por qué?

“Hasta los niños se avientan”: Un salto con corazón de niño


Para almas valientes que aún creen en la ternura de la vida.

Estaba leyendo el libro Hola, miedos de Michelle Poler, y hubo una frase que me atravesó el alma.

Ella cuenta que estaba a punto de lanzarse desde un acantilado, pero el miedo la paralizaba. El salvavidas, en un intento de motivarla, le dijo:

“¡Anda, hazlo! ¡Hasta los niñitos se avientan!”

Michelle pensó: ¿Se suponía que eso debía inspirarme?

Y sí… quizá no lo hizo en ese instante. Pero a mí, esa frase me dejó reflexionando profundamente.

¿Por qué los niños sí se avientan?

Porque creen que todo estará bien.

Porque confían.

Porque viven el momento.

Porque su meta no es el éxito ni el reconocimiento…

Su única motivación es disfrutar.

Entonces recordé una enseñanza espiritual que muchos hemos escuchado:

“Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.”

Tal vez no la hemos entendido del todo.

Ser como niños no es retroceder, ni volverse ingenuo, ni vivir sin responsabilidad.

Ser como niños es confiar sin tener todas las respuestas.

Es tener fe, no una fe ciega, sino una fe valiente que dice: “Me voy a lanzar, y sé que algo o alguien me sostendrá.”

Los niños no calculan. Los niños sienten. Los niños se entregan.

Y a veces la vida te pone frente a un “acantilado”: una decisión, un cambio, una pérdida, una nueva etapa…

Y te susurra lo mismo:

“Hasta los niños se avientan.”

No por tontos.

Sino porque tienen algo que los adultos a veces hemos olvidado:

un corazón que cree.

¿Y si ser adulto no significara endurecernos, sino aprender a volver a confiar como cuando éramos niños?

Volver a tener…

  • Confianza plena en que no estás solo.

  • Asombro constante por lo simple.

  • Capacidad de perdonar sin cargar piedras eternas.

  • Curiosidad viva por aprender y descubrir.

  • Alegría espontánea sin miedo al ridículo.

  • Presencia real, aquí y ahora.

  • Amor incondicional, que no espera nada a cambio.

Tal vez, solo tal vez…

el verdadero salto de fe es ese: volver a ser como un niño.

Porque cuando lo haces, la vida deja de ser una prueba… 

y vuelve a ser una aventura.

martes, 22 de abril de 2025

Del negro al rosa: mi reconciliación con la vida y los colores


Hubo una etapa en mi vida donde el color rosa me incomodaba profundamente.

No era por moda, ni por rebeldía… era porque sentía que me habían robado la feminidad.

Esa parte suave, tierna y brillante de mí se había apagado.

Me dolía.

Sentía que no encajaba en esa imagen de delicadeza.

El rosa me parecía un color demasiado vivo… y yo, simplemente, no me sentía viva.


Mi refugio eran los tonos oscuros.

Fui parte de una generación donde ser emo era más que un estilo; era una forma de gritar en silencio el dolor que nadie veía.

Me escondía detrás de la música rock alternativo, donde las letras tristes hablaban lo que mi alma callaba.

Me cortaba, no para llamar la atención, sino para tratar de silenciar un dolor que no encontraba palabras.

Vivía en un mundo gris, uno donde sufrir parecía inevitable, y sonreír… algo lejano.


Mi Vida en Colores: 

Pero el tiempo, la búsqueda, y sobre todo, el deseo de sanar, me llevaron a un proceso de reconciliación.

No solo con los colores, sino conmigo misma.

Con mi historia.

Con mi cuerpo.

Con la vida.

Poco a poco empecé a permitir que los colores regresaran.

Primero tímidamente.

Luego, con más confianza.

Me atreví a volver a ser visible.


Hoy llevo una pijama marrón con rayas, y un suéter que combina rosa, gris y otros colores que alguna vez me parecieron ajenos.

Hoy celebro que puedo vestirme sin miedo.

Que puedo abrazar el rosa sin sentir que traiciono mi oscuridad pasada, sino honrándola por haber sido parte de mi camino.


Hoy entiendo que la feminidad no está en un color, sino en la fuerza de haberse levantado.

Que reconciliarse con la vida es también reconciliarse con los matices.

Y que ser valiente, como dice Michelle Poler, es atreverse a vivir con todos los colores del alma.


Volver a amar los colores fue mi manera de decirle al mundo:

sigo aquí, sigo viva… y ahora me elijo a mí.


======🌻

¿Hay algún color, recuerdo o parte de ti que aún no te has permitido recuperar?

Hoy puede ser un buen día para empezar a reconciliarte contigo misma.

lunes, 21 de abril de 2025

Papa Francisco: ¿Quién Soy yo Para Juzgar ?




Hoy, el mundo despide a Jorge Mario Bergoglio, el hombre que se convirtió en Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y jesuita en la historia de la Iglesia Católica. 

Su muerte, ocurrida en la Casa Santa Marta del Vaticano a las 7:35 a.m. (hora de Roma), marca el final de una era profundamente humana y reformadora en el corazón de una de las instituciones más antiguas del mundo.


Un Papa Inesperado

Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1936, hijo de inmigrantes italianos, Bergoglio fue un hombre de silencios y convicciones. Cuando fue elegido el 13 de marzo de 2013, pocos lo conocían fuera de América Latina. Sin embargo, su primera aparición en el balcón de San Pedro —sin mitra, pidiendo una oración por él antes de bendecir al pueblo— fue una señal clara: algo iba a cambiar.

Francisco no quiso vivir en el lujoso Palacio Apostólico. Prefirió quedarse en la residencia de Santa Marta. Cambió el papamóvil blindado por un Fiat modesto. Evitó los excesos, y cada gesto suyo fue un acto simbólico de cercanía, humildad y sencillez evangélica.

Un Pastor con Alma de Pueblo

Durante su pontificado, Francisco viajó a más de 50 países, llevando consuelo a los olvidados del mundo: los migrantes en Lampedusa, los refugiados en Lesbos, las víctimas del conflicto en Irak, los indígenas de la Amazonía, los pobres de África, los encarcelados, los niños, los ancianos y los enfermos.

No temía tocar heridas. Besaba leprosos, lavaba los pies de reclusos, abrazaba a los últimos con una ternura que trascendía cualquier protocolo. 

Su frase más recordada: “¿Quién soy yo para juzgar?” —al referirse a personas homosexuales que buscan a Dios— dio la vuelta al mundo, rompiendo silencios incómodos y abriendo nuevas puertas al diálogo.

Un Papa con Fortaleza y Dolor

Francisco no fue un papa perfecto. Fue criticado por sectores conservadores que consideraron sus reformas como amenazas al orden tradicional. Se le señaló también por no haber actuado con suficiente dureza en algunos casos de abusos dentro de la Iglesia, aunque impulsó medidas históricas para combatirlos.

Su salud se fue deteriorando en los últimos años. Problemas de movilidad, una cirugía intestinal y varios episodios de bronquitis lo pusieron en la mira de rumores sobre su renuncia. Pero él persistió, llevando su cruz con discreción, entregando hasta el último suspiro.

Un Legado Ineludible

Francisco nos deja un legado marcado por su incansable defensa de los pobres, su lucha por la ecología con la encíclica Laudato Si’, y su llamado constante a la fraternidad humana, especialmente en un mundo dividido por guerras, polarización y odio.

Reformó parte de la curia, abrió el debate sobre el rol de la mujer en la Iglesia, apoyó caminos sinodales más horizontales y apostó por la sinodalidad como una nueva forma de caminar juntos, con diálogo y discernimiento.


El Hombre que se esforzó por vivir su Religión 

No fue un santo inmaculado. Fue un hombre. Uno que se equivocó, que sufrió, que cargó culpas, pero también uno que amó intensamente a Cristo y al prójimo. Un hombre que nos recordó, con su vida, que el Evangelio se vive, no se predica desde tronos de oro.

Hoy el mundo llora, pero también agradece. Porque en una época marcada por el ruido y la indiferencia, Francisco nos habló con gestos silenciosos, con ternura profunda, y con la firmeza de quien sabe que servir es el mayor acto de liderazgo.

Agregó las palabras de mi amiga Vivi al hablarle que aún estaba dándole forma a este artículo ella me envió este mensaje : Él fue un buen hombre que se esforzó por hacer cosas buenas .

Que descanse en paz, el Papa de los puentes, el pastor de los pobres, el padre de los últimos.


domingo, 20 de abril de 2025

Cuando la Muerte fue Vencida por Amor

El Milagro del Domingo: Cuando la Muerte fue Vencida por Amor

Hoy no es un Domingo cualquiera.

Hoy recordamos el momento más sublime, más tierno y más sagrado de toda la historia de la humanidad: el instante en que el Hijo de Dios, después de haber descendido hasta lo más profundo del dolor, del abandono y de la cruz… se levantó.

Triunfante.

Vivo.

Glorioso.

Hoy es el Domingo de Pascua.

Y aunque lo repetimos cada año,

¿realmente lo sentimos?

¿Realmente comprendemos lo que significa que Él venció la muerte?

¿Que lo hizo por nosotros, por ti, por mí?

Este no es solo un acto histórico.

Es un acto íntimo.

Personal.

Es el acto más puro de amor que jamás se haya registrado.

Jesús de Nazaret, el Unigénito del Padre, sufrió en el Jardín de Getsemaní, fue traicionado, humillado, azotado y clavado en una cruz… para que tú y yo no estuviéramos solos jamás.

Porque he aquí, he padecido dolores y aflicciones de toda clase… a fin de que se cumpla la palabra que dice: él tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo” — Alma 7:11

Sus heridas no solo fueron físicas. Cada lágrima que tú has derramado, Él también la sintió. Cada vez que pensaste rendirte, Él estuvo allí. Cada vez que te sentiste quebrad@, Él te sostuvo, aunque no lo vieras.

Y después de todo eso…

¡Él se levantó!

Ese sepulcro vacío es el símbolo más poderoso de que el amor puede más que el odio, que la esperanza vence al dolor, y que la muerte no es el final.

Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos; primicias de los que durmieron es hecho”— 1 Corintios 15:20

La pregunta no es solo: ¿Lo crees?

La pregunta que debería estremecernos hoy es: 

¿Estás viviendo como alguien que ha sido rescatado?

Porque la resurrección no es solo una promesa futura. Es una invitación presente. Es un llamado a levantarnos con Él. A dejar nuestras cruces, nuestras tumbas emocionales, nuestros miedos… y caminar como testigos vivos de Su amor.

Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”— Juan 11:25

Pero hay una escritura que hoy quiero dejarte en el corazón, y es la voz misma de Él, hablándote con ternura infinita:

He aquí, he esculpido tu nombre en las palmas de mis manos”— 1 Nefi 21:16

Tu nombre… el tuyo, mi bella amig@, mi querido lector@… está grabado en Sus manos. Él no te olvida. Él no te suelta. Él no te abandona.

Y si tú hoy estás rot@, agotad@ o vací@…

Míralo.

Busca Su luz.

Permite que este Domingo no sea solo una tradición, sino un Nuevo Comienzo.

Un renacer contigo incluida.

===========🌻

Hoy, levántate con Él.

Perdona como Él perdonó.

Ama como Él amó.

Sirve como Él sirvió.

Y si caes, recuerda: también puedes volver a levantarte. 

Porque la resurrección es una promesa diaria.

Él vive. Y por eso… tú también puedes vivir de verdad.

sábado, 19 de abril de 2025

La Mediana Edad: El Renacer que Nadie Te Contó

 

Nos han vendido la idea de que la crisis de la mediana edad es ese momento en el que todo se tambalea, cuando los años empiezan a pesarte y los sueños parecen haber caducado.

Se habla de ella como si fuera una tormenta inevitable, un punto de quiebre lleno de frustración y arrepentimientos.

Pero, ¿y si en realidad fuera todo lo contrario?

Michelle Poler, en su libro Hola, Miedos, nos ofrece una perspectiva completamente diferente. Habla de la mediana edad como el instante en que muchos comienzan a cuestionar por primera vez las decisiones que tomaron en el pasado. Ya no desde el deseo de encajar o complacer, sino desde el anhelo profundo de descubrir quiénes son realmente.

🌻 “La mediana edad suele ser la etapa en la que los humanos empiezan a darse cuenta de que las decisiones que tomaron en el pasado estuvieron motivadas por la necesidad de cumplir expectativas ajenas…”

Y es que llega ese momento en la vida donde ya no basta con vivir en piloto automático. Donde ya no se trata de sobrevivir o cumplir con una lista ajena, sino de vivir desde la verdad, desde lo que resuena con el alma. Donde te preguntas: “¿Esto es lo que realmente quiero o lo que me enseñaron a querer?”

Algunas personas, como bien señala Michelle, toman decisiones radicales: se hacen un tatuaje, aprenden a pintar, viajan solas, se cambian de carrera o simplemente deciden dejar de complacer a todos menos a sí mismas. Otros aún viven adormecidos por el ruido de las expectativas sociales, criticando a quienes sí se atreven a hacer algo diferente.

Pero la realidad es que la mediana edad no es una crisis, es un despertar. Es el renacer de una versión más consciente, más sabia y más auténtica de ti.

Y aquí viene la pregunta más importante:

¿Quién eres hoy, en este momento de tu vida, sin etiquetas, sin títulos, sin roles impuestos?

Este artículo no es una receta ni una guía paso a paso. Es una invitación amorosa a mirar hacia adentro y hacer las paces con lo que fuiste, lo que eres y lo que aún puedes llegar a ser.

Es el recordatorio de que nunca es tarde para cumplir tus propios sueños, para cambiar de rumbo, para amar de nuevo, para soltar lo que pesa y abrazar lo que en verdad te hace vibrar.

Porque este tiempo que te queda en la Tierra —no importa cuánto sea— es tuyo, y mereces vivirlo con propósito, con alegría, con libertad.

viernes, 18 de abril de 2025

Un Viernes de Dolores, un Amor Celestial

 

Hoy, mi corazón está más sensible.

Tal vez por el día, por lo vivido, o por esa serie que estoy viendo en Amazon Prime: Enigmas de Jesús Cristo.

No pude contener las lágrimas…

porque ver representada la muerte de Jesús, tan cruda, tan cruel, tan injusta, te mueve el alma.


Y es imposible no preguntarse:

¿Cómo alguien pudo amar tanto al mundo, que decidió morir por él… así?


Hoy es , Viernes de Dolores, y más allá de la tradición, del simbolismo o del calendario litúrgico, para mí es un recordatorio del dolor del alma más grande que ha existido: el de un hombre inocente entregando su vida para darnos esperanza.


Jesús no murió con honor humano, ni rodeado de reconocimientos.

Murió rechazado, humillado, escupido, azotado…

Y aún así, perdonó.

Aún así, amó hasta el final.

Y lo más impactante es que no tenía por qué hacerlo.

Pero lo hizo… por ti, por mí, por todos.


“Pero Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;

el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”

Isaías 53:5


A veces hablamos de amor y pensamos en flores, en abrazos, en palabras bonitas…

Pero el amor de Jesús fue sangre, silencio, entrega, cruz.


Este Viernes de Dolores, quiero invitarte a no solo recordar su muerte,

sino a permitirte sentir lo que significó:

una decisión voluntaria de salvarnos, aunque no lo mereciéramos.


Y mientras veo esta serie, no solo veo a un personaje…

Veo a un amigo fiel, a un maestro, a un hermano de alma, a un Salvador.

Veo su mirada que no juzga.

Sus lágrimas en el Getsemaní.

Su cuerpo derrumbado en el camino al Calvario.

Y me duele…

porque sé que lo hizo por mí.


“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”

Lucas 23:34


No hay mayor amor que este…

y no hay mayor dolor tampoco.

Pero de ese dolor brotó la esperanza.

Y de esa cruz… la promesa de una nueva vida.

🌺 When the Body Speaks: A Letter We Should All Write 🌺

Your body doesn’t betray you—it tries to protect you. But are you listening? In the hustle of everyday life, it’s easy to forget that our bo...