domingo, 7 de julio de 2024

El Frio Refugio

Esa noche, finalmente, logré dormir bien. 

El cansancio se desvaneció con cada suspiro profundo mientras el frío me abrazaba suavemente, como una manta de hielo que se derretía lentamente, brindándome una sensación de paz y quietud. 

Sentí cómo mis párpados se volvían pesados y mi mente se iba adentrando en un sueño profundo. 

Envolviéndome con su manto oscuro, Morfeo me acunó en sus brazos, llevándome a un mundo donde las preocupaciones no existían, y solo quedaba la serenidad de un descanso reparador. 

Cada segundo en ese refugio fortalecedor me rejuvenecía, permitiéndome disfrutar de un descanso que parecía eterno.




jueves, 4 de julio de 2024

Amor bonito

Te mereces un amor bonito, que llegue y se quede, 

un amor que te cuide y que no te rompa.

Te mereces un amor que te mire a plena luz del día, sin temores ni sombras, 

un amor que te presuma con orgullo, que no tenga nada que esconder.

Un amor que te vea con ojos llenos de maravilla, que al mirarte descubra la magia que eres para él. 

Te mereces un amor sincero, que sepa ser compañero, que camine a tu lado sin apurar el paso, respetando tu ritmo, apoyando tus sueños. 

Te mereces un amor que ría contigo, que haga de las penas algo pasajero, que celebre tus victorias 

y te consuele en los tropiezos, un amor que no tema decir lo mucho que te quiere.

Un amor que entienda que no eres perfecto, pero aún así, te ame más por tus imperfecciones,

que vea en tus cicatrices historias de valentía y superación.

Te mereces un amor que construya, que no destruya, que te inspire a ser mejor sin cambiar tu esencia, 

que te abrace fuerte cuando el mundo sea frío y te susurre al oído que todo estará bien. 

Te mereces un amor bonito, que no solo diga, sino también haga, que sus palabras se conviertan en actos de amor y ternura, 

un amor que se quede no porque tenga que hacerlo, sino porque elige, cada día, quedarse a tu lado. 

Te mereces un amor que sepa de paciencia y perdón, que se ría de las pequeñas tonterías y haga de lo cotidiano algo extraordinario,

un amor que convierta cada momento compartido en un tesoro inigualable.

Te mereces un amor que te mire como si fueras su mayor milagro,

un amor que al verte, sus ojos brillen y su corazón lata más rápido,

un amor que al pronunciar tu nombre sienta que está diciendo poesía.

Te mereces un amor bonito, un amor que llegue, que se quede,

y que te haga sentir, cada día, que eres lo más hermoso que le ha pasado.

En Corto : Mi mente y yo

Mi mente y yo, en constante diálogo, un murmullo eterno, un río inagotable, ideas que fluyen, a veces serenas, otras, torrentes que arrasan sin piedad. 

Mi mente y yo, en busca de respuestas, navegamos mares de dudas y sueños, encontramos puertos de paz momentánea, y tempestades que nos llevan a lo incierto.

Mi mente y yo, aliados y enemigos, un lazo invisible que nunca se rompe, compañeros de viaje en este vasto universo, exploramos juntos lo que el alma esconde.

Mi mente y yo, en una danza constante, a veces en armonía, a veces en conflicto, pero siempre unidos, en este peregrinaje, descubriendo el mundo, y a nosotros mismos.

En Corto : Va y Viene

No te acostumbres a nadie, la gente va y viene, como el viento en la tarde, como un suspiro breve. 

No te encariñes, que los lazos se deshacen,

no te ates, que las cadenas te atenazan.

No prometas, que las palabras son volátiles,

no te quedes, que la permanencia es frágil.

Hazte un favor, y aprende a estar solo, que en la soledad hay fuerza, y en ti mismo, todo.

Chispa Fugaz

Somos instantes, breves destellos en el vasto lienzo del tiempo, como chispas fugaces que iluminan la vasta noche de lo efímero. 

Pero hay que vivir como si fuésemos eternos, con el fervor de los soles que nunca se apagan, danzando en la órbita de los sueños que trascienden el amanecer.

Cada momento es un tesoro, una joya engastada en la eternidad, y aunque el reloj avance incansable, nuestro espíritu puede desafiar su marcha.

Vivamos con la intensidad del fuego, con el amor que no conoce fronteras, y la pasión de quienes saben que cada respiro es un milagro.

Porque en la inmensidad del ser, somos más que meros instantes; somos el eco de un alma sin límites, capaz de dejar huellas en el infinito.

Así, aunque seamos destellos pasajeros, vivamos con el ímpetu de lo eterno, tejiendo nuestra historia con hilos dorados en el vasto tapiz de la vida sin fin.

Lo que no será

Nada se va hasta que le quites tu atención, como un eco persistente en la noche, una sombra que sigue tus pasos en el jardín de las memorias.

Se aferra con fuerza a tu mente, como hiedra que trepa incansable, sugiriendo su presencia en cada rincón olvidado. 

Los recuerdos se nutren de miradas, de suspiros y palabras no dichas, crecen en el silencio de tu ser, alimentándose de tu contemplación.

Pero hay un poder en desviar la vista, en girar el timón del pensamiento, enfocando tu ser en nuevos horizontes, dejando atrás lo que ya no es. 

Porque nada se va hasta que le quites tu atención, y al hacerlo, liberas su sombra, permitiendo que se desvanezca en la marea del olvido.

Y así, en la marea del olvido, todo se queda, sin resistir, porque ya no tiene caso recordarte, ni darle vida a lo que no puede ser. 

Los sentimientos que una vez vibraron ahora se disuelven en el tiempo, sin rumbo ni destino, como hojas en el viento.

Cada emoción que floreció en jardines de ilusiones, ahora se marcha, sin resistencia, porque esos sueños no encuentran puerto, no van a ninguna parte.

Las promesas no cumplidas, los suspiros que se extraviaron, se hunden en las profundidades de un mar que no mira atrás.

No hay camino para lo que fue, ni destino para lo que se soñó, solo un vacío que se llena con la paz de lo que se dejó ir o no se luchó por quedarse.

Porque en la marea del olvido, todo se queda, todo se acalla, y al fin, soltando esos recuerdos, encontramos la calma de lo que no será.

martes, 2 de julio de 2024

Me equivoqué

Salí herida, pensé que no dolería, que el tiempo y la distancia serían bálsamos para mi alma, pero las cicatrices aún arden.

Creí que el dolor sería efímero, una sombra pasajera en mi camino, pero su eco resuena en mi pecho, un latido constante, ineludible.

El sol brillaba, pero mi corazón, cubierto de nubes y tempestades, luchaba por encontrar su claridad, por sanar en un mundo ajeno.

Salí herida, con la esperanza rota, pensando que el sufrimiento se desvanecería, pero cada lágrima me recordó, la fragilidad de mi ser, de mi sentir. 

Hoy, me enfrento a la realidad, a las marcas que el tiempo no borra, reconociendo mi fortaleza en la caída, mi capacidad de renacer, aunque duela.

Bailar bajo la lluvia

Aprovechando las lluvias que hemos tenido en Guatemala, y que me ha tocado manejar bajo la lluvia, me recordó de singin’n in the rain , esa ...