jueves, 4 de julio de 2024

Lo que no será

Nada se va hasta que le quites tu atención, como un eco persistente en la noche, una sombra que sigue tus pasos en el jardín de las memorias.

Se aferra con fuerza a tu mente, como hiedra que trepa incansable, sugiriendo su presencia en cada rincón olvidado. 

Los recuerdos se nutren de miradas, de suspiros y palabras no dichas, crecen en el silencio de tu ser, alimentándose de tu contemplación.

Pero hay un poder en desviar la vista, en girar el timón del pensamiento, enfocando tu ser en nuevos horizontes, dejando atrás lo que ya no es. 

Porque nada se va hasta que le quites tu atención, y al hacerlo, liberas su sombra, permitiendo que se desvanezca en la marea del olvido.

Y así, en la marea del olvido, todo se queda, sin resistir, porque ya no tiene caso recordarte, ni darle vida a lo que no puede ser. 

Los sentimientos que una vez vibraron ahora se disuelven en el tiempo, sin rumbo ni destino, como hojas en el viento.

Cada emoción que floreció en jardines de ilusiones, ahora se marcha, sin resistencia, porque esos sueños no encuentran puerto, no van a ninguna parte.

Las promesas no cumplidas, los suspiros que se extraviaron, se hunden en las profundidades de un mar que no mira atrás.

No hay camino para lo que fue, ni destino para lo que se soñó, solo un vacío que se llena con la paz de lo que se dejó ir o no se luchó por quedarse.

Porque en la marea del olvido, todo se queda, todo se acalla, y al fin, soltando esos recuerdos, encontramos la calma de lo que no será.

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