El estrés postquirúrgico se refiere a los síntomas físicos y emocionales que algunas personas experimentan después de una cirugía.
Aunque no es un término clínico ampliamente reconocido, se relaciona estrechamente con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), que puede desarrollarse tras eventos traumáticos, incluidas intervenciones quirúrgicas significativas.
Según la Mayo Clinic, el TEPT es una enfermedad de salud mental causada por una situación de estrés o aterradora, ya sea que la hayas vivido o presenciado.
Los síntomas pueden incluir reviviscencias, pesadillas y angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre la situación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también reconoce que el TEPT puede desarrollarse tras la exposición a eventos extremadamente amenazantes o horribles, y se caracteriza por revivir el evento traumático, evitar recuerdos del evento y tener una percepción persistente de amenaza.
🩺 Mi experiencia personal
He pasado por tres operaciones. Y sí, me arrepiento de haberme sometido a ellas. Pero no podemos retroceder en el tiempo. No existe un DeLorean, como el de Volver al Futuro, que nos lleve a advertirnos a tiempo, a tomar otras decisiones, a evitar el dolor. Sería fácil, ¿no? Pero la vida no es una película.
Lo cierto es que cada una de esas intervenciones me cambió. No sólo el cuerpo. Cambió mi manera de ver la vida. Hoy miro con otros ojos: ojos de gratitud, de aprecio por lo que antes daba por sentado, de autocuidado. Porque si no llegas al punto en el que nadie quiere estar —cuando tu salud se quiebra y el dolor se hace parte de tu día a día— es muy fácil vivir sin pensar en lo frágil que eres. Cuando te sientes “bien”, entre comillas, crees que todo estará así para siempre. Y no es así.
La última operación me dejó en silla de ruedas. Es difícil describir lo que se siente no poder caminar. La impotencia, la tristeza, el miedo. La rehabilitación es dura. No solo física, también mental. Tu mente se convierte en un campo de batalla, donde cada pensamiento negativo quiere ganarte.
Ahí apareció otro visitante inesperado: la ansiedad.
Ataques intensos que me hacían sentir que me ahogaba, como si el aire no alcanzara, con una opresión tan fuerte en el pecho que parecía que me partía en dos. Me decían: “Es estrés postquirúrgico”. Y yo me preguntaba: ¿Eso existe? ¿Por qué nadie me habló de esto antes? ¿Por qué nadie nos prepara para ese duelo invisible que se vive después de una cirugía?
🌱 ¿Qué puedes hacer?
Reconoce tus emociones: Es normal sentirse abrumado después de una cirugía.
Busca apoyo profesional: La terapia psicológica puede ser una herramienta invaluable para procesar emociones y desarrollar estrategias de afrontamiento.
Comunícate con tus seres queridos: Hablar sobre tus sentimientos con amigos y familiares puede aliviar la carga emocional.
Infórmate: Conocer sobre el TEPT y el estrés postquirúrgico puede ayudarte a entender mejor lo que estás experimentando y buscar las mejores formas de afrontarlo.
Recuerda, no estás sola en esto. Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Al compartir tu historia, estás iluminando el camino para otros que pueden estar enfrentando desafíos similares.
Si necesitas más información o apoyo, te recomiendo una excelente terapeuta 💛 Anna Sánchez +(502) 5316-8620
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