Hay un amor que a veces no llega en los momentos que más lo necesitamos, un tipo de calor que buscamos en los rincones del alma, aun sin saber exactamente cómo se siente.
Es el amor que anhelamos, ese que nuestra esencia reconoce aunque nuestras manos nunca lo hayan tocado.
Se dice que si te amas a ti mismo es el primer paso para encontrarte y conectarte con lo divino. Cuando logras aceptarte y amarte a ti , que es el primer paso para amar a los demás.
Porque ese la clave para encontrar el Amor que anhelamos.
Es curioso cómo la vida nos enseña a llenar esos espacios con otras formas de afecto.
Ese amor puede llegar en los abrazos sinceros de una abuela, en la dedicación de quienes nos cuidan, o incluso en los pequeños gestos de quienes cruzan nuestro camino.
Y aunque a veces el corazón susurre preguntas al viento, anhelando lo que nunca fue, aprendemos a abrazar lo que sí es, a dar y recibir amor en todas sus formas posibles.
Porque el amor, al final, no tiene una sola cara; es un lenguaje que el alma entiende en sus infinitas expresiones.
Quizá el mayor regalo de la vida es aprender que, aunque algunos vacíos nunca se llenen del todo, siempre podemos sembrar amor donde estemos, para nosotros mismos y para quienes nos rodean.
Porque el amor, incluso cuando se anhela, tiene la magia de transformarnos.
El Amor que Anhelamos
En mis sueños brilla un amor,
dulce refugio, calidez y valor.
Un abrazo que calma el dolor,
un susurro que aviva mi interior.
Lo imagino como un hogar,
un puerto seguro donde anclar.
Con risas que nunca se van a apagar,
y promesas que el tiempo no va a borrar.
Es el amor que en mi alma vive,
el que espero y que nunca se olvide.
Un amor puro, de entrega y consuelo,
mi más anhelado y querido anhelo.
Anhelo de Amor
Hay un vacío que busca calor,
una caricia que calme el temor.
Un latido perdido en el clamor,
de un corazón que desea amor.
No importa cómo ni de quién vendrá,
solo que llegue y se quedará.
Un amor que alivie esta soledad,
que florezca en mi alma con sinceridad.
Es un anhelo que no se detiene,
un fuego que arde, que siempre se tiene.
Una llamada que busca respuesta,
porque el amor en la vida siempre es la apuesta.
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