domingo, 5 de enero de 2025

Parte 1: El Amor: Un Verbo y un Nombre


https://youtu.be/AMo9M7oKPuU?si=0DUYdw95RZUcV0V_


Inspirado en el video adjunto de una Entrevista an Elder Bednar y su esposa .

Explorando cómo el amor trasciende emociones para convertirse en acción y propósito.

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“Usted escoge a alguien con quien pueda CREAR el amor que usted desea.”


Estas palabras nos invitan a reflexionar sobre el amor no como algo que simplemente ocurre, sino como algo que creamos.

También estás palabras reflejan una verdad profunda: el amor no es un sentimiento que simplemente ocurre.

Es un acto de voluntad, un proceso creativo que nos invita a participar activamente en su construcción.

En un mundo que a menudo confunde el amor con la mera emoción, reconocerlo como un verbo y un nombre transforma nuestra perspectiva y nos invita a ser co-creadores de algo más grande que nosotros mismos.


El amor no es algo que simplemente encontramos, es algo que elegimos construir.

Escoger a alguien con quien podamos crear el amor que deseamos es un acto de fe y creatividad, porque amar es un proceso continuo, un trabajo en equipo.

Así como Dios es el Creador de todo, nos ha dado la capacidad de ser co-creadores en nuestras relaciones, diseñando juntos un amor único, moldeado con paciencia, compromiso y propósito.

Crear amor es honrar la esencia divina dentro de nosotros.


El amor no es solo un sentimiento, es una elección activa y consciente. Para comprenderlo verdaderamente, debemos explorar dos facetas esenciales: el amor como verbo y el amor como nombre.


El Sentimiento sigue al Verbo:

El amor comienza con la acción. Elegimos amar a través de nuestros gestos, palabras y sacrificios diarios. Cuando actuamos con amor, los sentimientos profundos, esa conexión emocional que enriquece nuestras relaciones, comienzan a florecer. En este sentido:

Amar no es solo sentir; es hacer.

Las acciones amorosas generan el espacio donde los sentimientos pueden crecer.

El amor como verbo crea el terreno donde el amor como nombre puede echar raíces.


Primero actúas con amor, y luego el sentimiento te acompaña.”


El Verbo y el Nombre: Una Danza Inseparable

El amor como verbo (acción) alimenta al amor como nombre (esencia), y viceversa.

Es un ciclo continuo:

Cuando actuamos con amor, reafirmamos el amor como nuestra esencia.

Cuando reconocemos el amor como parte de quiénes somos, nos inspiramos a actuar con más amor.


Por ejemplo:

Ayudar a alguien en un momento de necesidad (verbo) refuerza la idea de que el amor es un valor esencial en nuestra vida (nombre).

Saber que el amor está en el centro de nuestro ser (nombre) nos impulsa a ser pacientes, generosos y compasivos (verbo).


El amor como verbo construye, y el amor como nombre define lo que construimos.”


Cómo unimos ambos sin confundirnos:

1. Comienza con la acción: Decide actuar con amor, incluso cuando los sentimientos sean inciertos.

2. Reconoce el impacto: A medida que actúas, observa cómo el sentimiento (nombre) se profundiza en tu interior.

3. Acepta el ciclo: Entiende que el amor es tanto un movimiento como un estado, y ambos se nutren mutuamente.


El amor como verbo sin el nombre puede parecer vacío, y el amor como nombre sin el verbo puede quedar estancado. Cuando ambos se unen, el amor se convierte en un poder transformador que mueve nuestras acciones y define nuestra esencia.


El amor no es solo lo que hacemos ni solo lo que sentimos; es el milagro de unir ambas cosas para crear algo eterno.”



El amor como verbo representa movimiento, decisión y compromiso. Es a través de nuestras acciones que el amor cobra vida. Decidir amar implica:

Aprender a escuchar y comprender: Cada palabra, gesto y mirada se convierte en un puente hacia el corazón del otro.

Edificar y apoyar: Ser un pilar en los momentos difíciles y celebrar juntos los logros.

Unir diferencias para crecer: Aceptar que el amor no se trata de ser iguales, sino de complementar nuestras fuerzas y debilidades.


El amor como verbo es la acción que da vida a lo que sentimos y sostiene las relaciones en el tiempo.”


El Amor como Nombre: La Esencia que Define


Si el amor como verbo se construye, el amor como nombre es la esencia que lo inspira. Es el estado del ser que nos conecta con nuestra humanidad y con lo divino. Es un espacio donde descansamos y encontramos propósito.

Es nuestra conexión con Dios, el Creador, quien nos enseñó que el amor es eterno y transformador.

Es el refugio que define nuestras relaciones más profundas.


El amor como nombre nos recuerda quiénes somos y por qué vivimos.”


Conclusión de la Parte 1:


Cuando actuamos con amor, fortalecemos nuestra esencia. Y cuando reconocemos el amor como parte de nuestra identidad, nos inspiramos a actuar con mayor propósito.


El amor no se encuentra; el amor se crea, y en ese proceso descubrimos lo mejor de nosotros mismos.”


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