Te llamo con dulzura,
te canto con devoción,
susurro palabras al viento,
pero tú, reina indómita,
ignoras mi canción.
Eres un alma libre,
un suspiro al viento,
un espíritu que danza
entre la sombra y el silencio.
Dicen que así son los gatos,
que no se dejan poseer,
que aman desde lejos,
pero jamás se dejan convencer.
Te observo mientras duermes,
un cuadro de calma y gracia,
y me pregunto si en tus sueños
me concedes una plaza.
A veces, cuando rozas mi mano,
siento que el mundo se detiene.
Es un instante fugaz,
pero en él, tu amor se sostiene.
Oh, gata esquiva y soberana,
tu indiferencia es un arte,
y aunque me dejes esperando,
te amo… sin que tú lo sepas, o lo sabes ?
Y a tú manera me quieres ?
quizás por eso eres parte
de mi mundo… pero tú no darás tu brazo a torcer
Al dejarte querer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario