Es lunes por la tarde, el sol parece distante,
y las horas se han teñido de un gris constante.
Lloré la mañana, lloré la tarde,
como si el alma buscara algo que aguarde.
Sentí un dolor, profundo y callado,
como si algo dentro se hubiera quebrado.
No sé explicarlo, solo sé que está ahí,
un eco de la vida que duele y no huye de mí.
Pero incluso en el llanto, hay una promesa,
de que la tristeza también es belleza.
Es la forma del alma de hablar y sanar,
de abrirse camino, de volver a amar.
El sol aún brilla, aunque no lo veas,
y dentro de ti, una luz aún deseas.
Permítete llorar, permítete sentir,
que este día difícil también va a partir.
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