lunes, 23 de diciembre de 2024

El Pesebre de Luz

 


Jesús en pesebre sin cuna nació;

Su tierna cabeza en heno durmió.

Los astros, brillando, prestaban su luz

al niño dormido, pequeño Jesús.



Esa imagen sencilla, casi frágil, nos recuerda que el Salvador del mundo no llegó envuelto en pompa ni grandeza terrenal. Llegó en humildad, en un establo apartado, bajo el brillo de una estrella que iluminó no solo la noche, sino los corazones de quienes lo buscaban.


Mientras contemplo esta escena, me pregunto qué significa realmente la Navidad. No son los adornos ni las cenas abundantes, tampoco los regalos cuidadosamente envueltos. La Navidad es un llamado a recordar el amor puro y desinteresado que nació aquella noche en Belén.


Jesús vino a dar luz al mundo, no con palabras grandilocuentes ni gestos espectaculares, sino con su ejemplo: amando a todos sin excepción. Amó al rico y al pobre, al sabio y al humilde, al justo y al pecador. Mostró que el amor no tiene límites, que la verdadera grandeza radica en servir a los demás, en tender la mano al necesitado y en perdonar sin medida.


Pienso en el pesebre, en ese pequeño rincón donde el cielo y la tierra se encontraron. La paja que sostenía su cabeza no era solo un símbolo de su humildad, sino también una lección para nosotros: la grandeza no se encuentra en los lugares elevados, sino en los actos sencillos y en el corazón dispuesto a amar.


Esta Navidad, quiero recordar esa enseñanza. Quiero que mi vida refleje, aunque sea un poco, la luz que Él trajo al mundo. Quiero amar como Él amó, perdonar como Él perdonó y compartir esa paz que sobrepasa todo entendimiento.


Porque la Navidad no está en lo que poseemos, sino en lo que damos. No está en lo que decoramos, sino en lo que sembramos en los corazones de los demás.


Y sobre todo, la Navidad está en recordar que Jesús, el Redentor, vino al mundo para mostrarnos el camino hacia el amor verdadero.


En esta Navidad, recordemos la humildad del pesebre donde Jesús nació y el inmenso amor que trajo al mundo.

Que su luz llene nuestros corazones y nos inspire a amar sin excepción, a dar sin esperar y a vivir con esperanza.

Celebremos no solo con regalos, sino con gestos de bondad que reflejen su ejemplo.

¡Feliz Navidad, llena de paz y amor!



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