No sé si esto les ha pasado, pero anoche fui víctima de un crimen… un crimen alado, sigiloso y con zumbido.
Sí, amigos, les presento al bandido más buscado de mi habitación: Supreme Floyd Jr., un zancudo con aires de realeza y gustos refinados, que ya me ha picado dos veces como si yo fuera su buffet nocturno.
Porque, claro, según él, yo no soy una simple humana…
Soy su banco de sangre personal.
Su restaurante cinco estrellas, con servicio 24 horas.
Su sucursal favorita para alimentarse sin pagar propina.
Y ahí estaba yo, dando vueltas en la cama, tratando de esquivar sus emboscadas como en una película de acción en cámara lenta.
Cada vez que apagaba la luz, escuchaba ese zumbido cerca del oído…
Zzzz… zzzz…
“¡No puede ser! ¡Ahí viene de nuevo ese delincuente aéreo!”
Encendía la luz, lista para atraparlo, y él… desaparecía.
Como buen experto en escapismo, Supreme Floyd Jr. se esfumaba en las sombras, dejando como prueba solo las ronchas y el picor.
A veces me pregunto:
—¿Será que mi sangre sabe a frappuccino de vainilla con caramelo?
—¿O será que los zancudos tienen un GPS especial para encontrarme, incluso con la ventana cerrada?
Mis aplausos de medianoche ya no son para ovacionar, sino para ver si por fin lo atrapo…
Pero nada.
Ese zancudo no solo es rápido, también tiene WiFi, GPS y hasta lista de espera para sus cenas gourmet conmigo.
Me siento como Netflix:
Cada noche, un nuevo episodio del show “Cena con Vane”.
Y mientras lo buscaba con la furia de una cazadora nocturna, tuve una revelación profunda (porque hasta los zancudos te dejan reflexiones):
En la vida, hay cosas que no podemos controlar…
Como los mosquitos, los impuestos y la lista de ex que vuelven en Mercurio retrógrado.
Así que si tú también tienes un Supreme Floyd Jr. rondando en tu casa, recuerda:
No eres solo un ser humano,
¡Eres un banco de sangre de lujo!
Y esta es tu señal para comprar un matamosquitos… o al menos dormir con calcetines y bufanda.
✨ Bonus especial:
🚨 SE BUSCA 🚨
Alias: Supreme Floyd Jr.
Delito: Robo de sangre en primer grado.
Recompensa: Una noche de sueño sin zumbidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario