sábado, 5 de abril de 2025

Cuando el dolor se esconde tras la dureza- Guardianes de la Galaxia

 


Me encantan las Películas que te enseñan… lo que aprendí de esta película…

A veces, el universo nos habla a través de los lugares más inesperados: una película, una frase, una escena que parece hecha para tocarnos el alma.


En Guardianes de la Galaxia Vol. 2, Yondu y Rocket tienen un momento que muchos pasamos por alto. Pero si lo observas con el corazón, verás más que ciencia ficción. Verás a dos seres rotos reconociéndose en medio de su herida.

Yondu le dice a Rocket:

“Puedes engañarte a ti y a cualquiera. Pero a mí no me engañas. Sé quién eres…”

Y Rocket responde con agresividad, como muchos lo hacemos cuando alguien toca ese rincón interno donde aún duele.

Porque hay personas que se hacen los duros, los indiferentes… pero en el fondo solo tienen miedo.

Esta escena me recordó que muchas veces, quienes más empujan a los demás, quienes roban sonrisas o sabotean vínculos, lo hacen para evitar enfrentar su vacío. Un vacío que viene de sentirse no amado, no visto, no aceptado.

Como dice Yondu:

“Ahuyentas a cualquiera que quiera soportarte, porque solo un poco de cariño te recuerda lo grande y vacío que es ese agujero dentro de ti.”

Quizá tú o alguien que conoces actúa como Rocket…

Y si miras más allá de su dureza, descubrirás a un alma asustada, buscando amor, aunque no sepa cómo pedirlo.

Cuando el dolor se esconde tras la dureza

A veces la vida nos endurece. 

Nos volvemos sarcásticos, fríos, desconfiados. Respondemos con rabia o nos encerramos en una coraza para que nadie entre… para que nadie nos hiera más.

Pero detrás de cada persona que parece dura, puede haber una historia que no conocemos. Heridas profundas, abandonos tempranos, decepciones que dejaron cicatrices invisibles.

Hay quienes, como Rocket, el mapache de Guardianes de la Galaxia, viven a la defensiva. Gritan, roban, se alejan de quienes quieren acercarse. No porque no deseen amor… sino porque el amor les recuerda todo lo que no recibieron.

En una de las escenas más poderosas de la película, Yondu le dice a Rocket:

“Puedes engañarte a ti y a cualquiera. Pero a mí no me engañas. Sé quién eres.”

Y es entonces cuando entendemos que el dolor se reconoce. Que dos almas rotas pueden verse a los ojos y saberse iguales, aunque nunca lo digan con palabras suaves.

Porque la dureza a veces no es maldad, sino autoprotección.

Un corazón que aprendió a sobrevivir sin amor, sin cuidado, sin ternura… desarrolla su propia armadura. Una que dice: “No me toques”, cuando en realidad está gritando: “¿Podrías, por favor, quedarte?”

========🌻

Quizás tú también has actuado como Rocket.

Quizás has empujado lejos a quienes más te amaban.

Quizás alguien cercano a ti está envuelto en ese caparazón y tú solo ves su enojo… pero no su miedo.

La próxima vez que te enfrentes a una persona “difícil”, recuerda esto:

La dureza no siempre es mal carácter.

A veces, es una historia de dolor mal contada.

Y tal vez, solo tal vez… lo que más necesita no es un juicio, sino un poco de comprensión.

Porque cuando el dolor se esconde tras la dureza, lo único capaz de tocarlo… es el amor.

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