Hay vínculos que no duelen porque se rompen.
Duelen porque nunca fueron verdaderos.
A veces creemos que alguien se está acercando porque ve algo especial en nosotros: nuestra forma de pensar, nuestro talento, nuestra compañía.
Pero con el tiempo descubrimos que solo les interesa lo que podemos hacer por ellos, no quienes somos realmente.
Te das cuenta cuando solo te escriben para pedirte algo. Cuando no preguntan cómo estás. Cuando nunca hay un: “¿Qué necesitas tú?” o “¿Cómo te sientes hoy?”
Te das cuenta cuando haces una broma con el alma, ligera pero sincera, y te responden con frialdad. Cuando esperabas - y ese es el problema ESPERAS- ( mi abuela decía : no esperes nada de nadie porque sufrirás)
un poco de cercanía y solo recibes límites… no emocionales, sino utilitarios.
Recuerda nadie puede dar lo que no tiene , si tú lo tienes dalo sin recibir nada a cambio con amor, pero si debes tener Amor por ti ..
Y no, no es ego. Es amor propio. No es victimismo, es tomar conciencia. No es resentimiento, es cerrar el ciclo donde solo había un intercambio desequilibrado.
No se trata de esperar que todos nos correspondan. Se trata de aprender a distinguir entre quien te mira con interés y quien solo te mira como recurso. Porque tú no eres un favor. No eres un flyer, ni un video, ni una ayuda técnica. Eres una persona valiosa, con un mundo interior que merece ser reconocido, no solo aprovechado.
El alma se cansa, pero también aprende. Y una vez que ve con claridad, ya no se conforma con menos.
A quien venga, que venga por ti, no por lo que puedas hacer.
Que se quede no por lo que le das, sino por lo que eres cuando no estás haciendo nada.
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