El amor propio no es solo palabras bonitas frente al espejo o frases motivadoras en redes sociales.
El verdadero amor propio se pone a prueba en las decisiones que tomamos y en los límites que establecemos.
Nos enseñaron que ser “buena persona” significa decir que sí a todo, aguantar por amor o por educación, y siempre priorizar al otro.
Pero, ¿qué hay de ti? ¿Quién cuida de ti?
La respuesta es: tú mism@
¿Qué es un límite sano?
Es una línea invisible que define hasta dónde llegas tú y dónde empieza el otro. Es ese “no” que te protege, ese “esto no me gusta” que te defiende, y ese “me retiro” que te salva.
Poner límites no es ser grosero o egoísta; es respetarte tanto, que no permites que te traten de forma injusta.
Poner límites es elegirte
vez que dices “no” a lo que te lastima, estás diciendo “sí” a tu paz.
Cada vez que decides no explicar de más, te recuerdas que no tienes que justificar tu existencia.
Cada vez que te alejas de lo que drena tu energía, te estás abrazando a ti misma.
Los límites son amor propio en acción.
¿Cómo empezar a poner límites?
1. Identifica qué te incomoda.
Si algo te hace sentir pequeña, nerviosa o con culpa, ahí hay un límite violado.
2. Valida tus emociones.
No necesitas una razón “suficientemente grande” para poner un límite. Si te incomoda, es válido.
3. Comunica con claridad.
No tienes que gritar o pelear. Un simple: “Esto no me gusta y prefiero no hacerlo” es suficiente.
4. Sostén el límite, aunque te dé miedo.
Habrá personas que no lo entiendan, y está bien. Tu amor propio no es negociable.
Frases poderosas para poner límites (puedes practicarlas):
• “Hoy no puedo ayudarte, necesito descansar.”
• “Eso no me parece justo y prefiero no participar.”
• “No me siento cómoda con ese comentario.”
• “Gracias por pensar en mí, pero esta vez paso.”
• “Mi bienestar es mi prioridad.”
Ejercicio práctico:
Haz una lista de las situaciones donde sientes que te cuesta poner límites. Luego, al lado de cada una, escribe una frase límite que podrías usar. Así entrenas tu mente y le enseñas que merece respeto.
Reflexivo:
Poner límites es difícil al principio, sobre todo si crecimos complaciendo o evitando conflictos. Pero cada vez que te eliges a ti, cada vez que te proteges, te demuestras cuánto te amas.
Y recuerda: quien te quiere de verdad, respeta tus límites. Quien no, muestra su verdadero rostro.
====================
Nos vemos en la parte 4, donde hablaremos sobre celebrar tus logros y abrazar tus imperfecciones: el arte de ser tu propia fan número uno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario