Si la mente es el primer campo de batalla, la voz interior es el arma secreta.
Esa voz que nadie escucha, pero que define todo: cómo te ves, cómo te tratas y cuánto crees que mereces.
Nos acostumbramos a convivir con una voz crítica que nos sabotea, que repite frases heredadas o aprendidas: “Siempre te equivocas”, “No eres suficiente”, “Tienes que esforzarte más para valer algo”.
Pero ¿qué pasaría si decidimos cambiar esa voz por una amorosa, paciente y compasiva?
Ahí empieza el verdadero amor propio.
¿Qué es el diálogo interno sanador?
Es la conversación constante que tienes contigo mismo, pero desde el amor y no desde el juicio. Es como ser el mejor amigo de tu propia alma.
No se trata de mentirte o inflarte el ego, sino de tratarte con el mismo amor y respeto con el que tratarías a alguien que amas mucho.
Ejemplo práctico:
Si tu mejor amigo fracasa en algo, ¿le dirías: “Qué tonto, siempre arruinas todo”?
Claro que no. Le dirías: “No pasa nada, aprendiste y eso es valioso. Eres capaz de hacerlo mejor.”
Eso mismo tienes que aprender a decirte a ti.
Tu diálogo interno sanador se construye cuando te hablas con empatía, paciencia y reconocimiento.
Construyendo tu mantra personal de amor propio
Un mantra es una frase corta, poderosa y fácil de recordar que te conecta con ese amor interno. Es una afirmación que puedes repetir cada vez que te sientas inseguro, ansioso o crítico contigo mismo.
Aquí te dejo algunos ejemplos y puedes crear el tuyo:
• “Soy suficiente tal como soy.”
• “Merezco amor y respeto, empezando por el mío.”
• “Me honro, me respeto y me trato con amor.”
• “Estoy aprendiendo y crecer es un acto de amor propio.”
• “Cada día me trato mejor y me hablo con amor.”
Tu mantra es un espejo amoroso:
Cada vez que te caches hablando mal de ti, repite tu mantra.
Cada vez que dudes de tu valor, repite tu mantra.
Cada vez que logres algo, repite tu mantra y agrégale: “Lo logré porque soy capaz y valiosa.”
Ejercicio práctico para esta semana:
1. Escribe tu propio mantra.
2. Pégalo en un lugar visible (espejo, agenda, celular).
3. Cada vez que te critiques o te compares, repítelo en voz alta o mentalmente.
Recuerda:
El amor propio es como un músculo, hay que ejercitarlo cada día. Con cada pensamiento amable, con cada mantra repetido, estás fortaleciendo esa relación contigo misma. Tú eres tu primer hogar. Trátalo con amor.
================
Nos vemos en la parte 3, donde hablaremos sobre poner límites como acto de amor propio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario