miércoles, 20 de noviembre de 2024

Monólogo de los Feriados Largos


¡Ah, los feriados largos! Esa joyita en el calendario que nos hace sentir que la vida, por un momento, tiene sentido.

Porque, seamos honestos, un feriado largo es como encontrar dinero en el bolsillo de un pantalón que ya dabas por perdido. ¡Es pura felicidad!

Todo empieza con el Viernes. Ah, ese viernes que camina como sábado, habla como sábado, y si tuviera un perfil en redes sociales, diría “estado: sábado”. 


Nadie sabe cómo pasó, pero en tu mente ya no estás en un viernes; estás en modo “sábado pre-calentamiento”. Si alguien te pregunta por qué estás tan contento, solo respondes: “Es que mañana es otro sábado”. ¡Otro sábado!


Llega el sábado y aquí es donde las cosas se ponen extrañas. Es un sábado que sabe que es sábado, pero con una actitud diferente, como si dijera: “Hoy soy un sábado premium, versión de lujo”. Es ese sábado que es tan sábado que parece haberse inflado de orgullo y dice:

“Hoy soy tan importante que hasta me parezco a domingo, pero sin toda esa carga emocional de ‘mañana hay que trabajar’”.


Pero, atención, llega el domingo, el impostor del fin de semana largo. El domingo que es en realidad otro sábado encubierto. Se pasea por tu casa como diciendo: “Hoy soy sábado disfrazado de domingo. ¡Nadie sospechará!” Te sientas, miras el reloj y piensas:

“Mañana es feriado, así que todavía estamos en modo sábado.

Aún se vale usar pijama hasta las 3 de la tarde”.


Lo mejor es cuando llegas al lunes feriado. Ese día en el que el calendario te dice “lunes”, pero tu corazón dice “¡todavía es sábado!” Aquí es donde el cerebro se confunde, porque no puede procesar tanto sábado seguido. Es como si el universo te dijera: “Te estoy dando un regalo, aprovéchalo”, y tú, por supuesto, decides hacer maratón de series y comer lo que quedó de la cena de ayer. ¡Porque hoy es sábado, versión lunes!


Y luego, bueno, el martes… ese pobre martes que intenta devolvernos a la realidad. Pero todos sabemos que después de un feriado largo, el martes es básicamente el nuevo lunes, y el resto de la semana se siente como si alguien hubiera jugado Tetris con los días. Pero no importa, porque ya vivimos el “sabadomingo”, el paraíso de los fines de semana largos, y nadie nos puede quitar eso.


Espero que esto te haga reír y lo disfrutes tanto como yo al escribirlo.

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