domingo, 14 de julio de 2024

Opresión un desafío en pleno siglo xxi . Parte 2

 En lugar de "opresión", podría haber utilizado términos como : "desigualdad", "injusticia", "limitaciones a la libertad" o "desafíos contemporáneos". Al final me decidí por Opresión una palabra muy Retro para este siglo.

Es la segunda parte de este artículo muy Retro que a menudo se pasa por alto, sigue siendo una realidad para muchas personas en pleno siglo XXI: las desigualdades y las limitaciones a la libertad que enfrentamos en nuestras sociedades.

A lo largo de la historia, la humanidad ha luchado por alcanzar mayores niveles de equidad y justicia. Sin embargo, a pesar de los avances significativos que hemos logrado, aún existen muchas formas de desigualdad que persisten en nuestra época.

Estas desigualdades se manifiestan de diversas maneras: en el acceso a la educación, en las oportunidades laborales, en el trato en el sistema judicial y en la representación política. Son barreras invisibles que impiden a muchos alcanzar su pleno potencial y vivir con dignidad.

Es esencial reconocer que estas limitaciones a la libertad no siempre son evidentes. A veces, se presentan disfrazadas de normas culturales, leyes aparentemente justas o tradiciones arraigadas.

Sin embargo, su impacto es profundo y duradero, afectando la vida de individuos y comunidades enteras. En el ámbito laboral, por ejemplo, todavía vemos diferencias significativas en las oportunidades y remuneraciones basadas en el género, la raza o el origen socioeconómico.

Estas disparidades no solo afectan a los individuos, sino que también debilitan nuestra economía y nuestro tejido social.

En el acceso a la educación, muchos niños y jóvenes aún enfrentan barreras que les impiden recibir una formación de calidad. Estas barreras pueden ser económicas, geográficas o basadas en prejuicios, y privan a las futuras generaciones de las herramientas necesarias para construir un futuro mejor. 

En el sistema judicial, las diferencias en el trato y la aplicación de la ley pueden resultar en una justicia desigual, donde algunos enfrentan mayores obstáculos simplemente por su origen o su posición en la sociedad.

Es crucial que como sociedad trabajemos juntos para desmantelar estas barreras y promover un entorno donde todos puedan prosperar.

Necesitamos políticas inclusivas, educación accesible y una cultura de respeto y equidad. Enfrentar las desigualdades y las limitaciones a la libertad es un desafío continuo, pero es uno que debemos abordar con determinación y compasión.

Al hacerlo, no solo mejoramos la vida de quienes están directamente afectados, sino que también fortalecemos nuestra comunidad y creamos un mundo más justo y equitativo para todos.

Al final si solo es un sueño de esta escritora, espero que cada uno en el lugar que esté pueda hacer la diferencia, y aportar un granito de arena a esta sociedad que tanto lo necesita, el cambio viene en nuestro interior y luego ese cambio se lo damos a los demás.

Gracias.



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