Hay un tema muy de moda ahora desde que se estrenó la Película Intensamente de Disney, todos hablan de las emociones y hoy quiero hablarles sobre las emociones, esas complejas y a veces desconcertantes partes de nuestra experiencia humana.
A menudo, las personas tienden a ver las emociones como algo lineal, algo que podemos ordenar y controlar fácilmente, como si fueran piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente en nuestra mente y corazón.
Yo he querido controlarlas y verlas de esa forma lineal. Sin embargo, la realidad es muy diferente.
Las emociones no son lineales ni predecibles.
Son como un río caudaloso que cambia de dirección y velocidad, a veces calmado y sereno, otras veces tempestuoso y desbordante.
Pueden surgir de la nada, provocadas por un recuerdo, una canción, un aroma, o incluso por algo tan simple como un susurro de viento.
Y así como llegan, también pueden desaparecer sin previo aviso, dejándonos en un estado de confusión o alivio.
A menudo, intentamos etiquetar nuestras emociones, clasificarlas en buenas o malas, positivas o negativas. Pero las emociones no conocen esas etiquetas.
Se entrelazan y se mezclan, creando una maraña de sensaciones que pueden ser difíciles de desentrañar. Podemos sentir alegría y tristeza al mismo tiempo, o experimentar una mezcla de amor y miedo, de esperanza y desesperación.
Estas combinaciones son únicas y personales, reflejando la complejidad de nuestra existencia. En lugar de tratar de ordenar nuestras emociones como si fueran libros en una estantería, debemos aprender a aceptarlas tal y como son.
Debemos permitirnos sentir sin juzgar, sin tratar de encajar cada emoción en una categoría específica.
Al hacerlo, nos damos la oportunidad de entendernos mejor a nosotros mismos y de encontrar paz en medio del caos emocional.
Las emociones son una parte integral de nuestra humanidad.
Nos conectan con los demás, nos impulsan a actuar, a soñar, a vivir. Nos recuerdan que estamos vivos, que estamos experimentando el mundo en toda su riqueza y diversidad. Y aunque a veces nos resulten abrumadoras, también son una fuente de fortaleza y resiliencia.
Así que la próxima vez que te sientas atrapado en una tormenta emocional, recuerda que está bien no tener todas las respuestas, está bien no entender todo de inmediato.
Permítete sentir, permítete vivir esas emociones en toda su plenitud, y encontrarás que, al final, son una parte esencial de lo que te hace ser quien eres.
Espero que este artículo -tema- refleje la complejidad y riqueza de nuestras emociones. Recuerda solo es mi punto de vista, algo que yo siento .
Cada persona es diferente, te acuerdas ese dicho que cada cabeza es un mundo , así es , somos únicos e irrepetibles. Tu tienes el poder de controlar lo que sientes , lo que piensas.
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