Es hora de irme de tu lado, de soltar este lazo, de aceptar que nuestra historia ha llegado al ocaso.
Aunque el amor aún late en mi pecho, sé que seguir juntos ya no tiene derecho.
Hemos recorrido juntos caminos y senderos, pero hoy nuestras rutas se vuelven ajenas, sin misterios.
Tu presencia, que antes me llenaba de vida, ahora se ha vuelto una sombra, una herida.
El tiempo ha pasado y con él, la ilusión, lo que antes era pasión, hoy es confusión.
No es fácil decir adiós, dejar lo conocido, pero en mi corazón sé que este es el destino.
Me voy con el recuerdo de lo que fuimos, con la gratitud por los momentos vividos, pero también con la certeza en mi mirada, de que es hora de partir, de emprender otra jornada.
Es hora de irme de tu lado, de buscar mi camino, de encontrar en mi soledad un nuevo destino.
No es un adiós amargo, sino un adiós necesario, para que ambos encontremos nuestra paz, sin desvarío.
Así que, con este último suspiro, me despido, dejo atrás lo que fuimos, lo vivido.
Es hora de irme de tu lado, sin rencor ni pesar, con la esperanza de que ambos podamos nuevamente amar.
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