Desde una fría habitación de hospital, empiezo a escribir, letra por letra y así nacieron estos cortos, bajo la mirada de un suero , lentamente cayendo en mis venas .
Eres la tormenta que oscurece mis días, el viento que azota mis noches tranquilas, cada palabra tuya es como un vendaval, que arrastra mi calma, que rompe mi mar.
Eres la sombra en mi luz matutina, la espina que hiere, que nunca se alisa, tu presencia es el eco de un trueno lejano, que resuena en mi mente, que agita mis manos.
Anhelo la paz de un cielo sin nubes, la serenidad que tu ser no me deja, quisiera un refugio, un rincón de silencio, donde el ruido de ti se vuelva recuerdo.
Me quitas la paz con tu furia constante, con tu voz que perturba, que nunca es distante, mis pensamientos son hojas al viento, perdidas y rotas en este tormento.
Pero en mi interior, una llama se enciende, una fuerza que lucha, que nunca se rinde, buscaré mi refugio, mi calma perdida, y en el silencio, encontraré mi vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario