martes, 27 de agosto de 2024

103 Años de Winnie The Pooh 💛 Extracto !


 


“Hoy fue un día difícil”, dijo Pooh. 

-Hubo una pausa.

- “¿Quieres hablar de ello?”, preguntó Piglet.

- “No”, dijo Pooh después de un rato. “No, creo que no quiero”.

- “Está bien”, dijo Piglet, y vino y se sentó junto a su amigo.

- “¿Qué estás haciendo?”, preguntó Pooh.

- “Nada realmente”, dijo Piglet.

“Solo sé cómo son los días difíciles.

A menudo tampoco tengo ganas de hablar de ello en mis días difíciles.”

Sin embargo, -continuó Piglet-

“Los días difíciles son mucho más fáciles cuando sabes que tienes a alguien ahí para ti. Y yo siempre estaré ahí para ti, Pooh”.

Y mientras Pooh permanecía ahí sentado, dando vueltas en su cabeza acerca de su Día Difícil, el confiable Piglet sentado junto a él en silencio, solo balanceaba sus pequeñas patas...

Pooh pensó que su mejor amigo nunca había tenido más razón como en ese día.”


Extracto tomado del libro “Winnie the Pooh” de A. A. Milne & E. H. Shepard 🍯

domingo, 18 de agosto de 2024

El Misterio de la Fe: Un Encuentro Personal con lo Divino

En el transcurso de la historia, la humanidad ha buscado respuestas a las grandes preguntas de la existencia. Religiones, filosofías y creencias han surgido para intentar comprender lo incomprensible. 

Sin embargo, no todos encuentran su camino a través de una religión formal. Algunos, como yo, descubren una conexión profunda y personal con algo más grande, algo que no puede ser fácilmente definido o encasillado en dogmas.

No me considero una persona religiosa. 

No sigo un credo específico.

Sin embargo, creo firmemente en Dios, el Creador supremo, y en el universo como una fuente divina que todo lo ve. 

Esta creencia no está basada en lo que me han enseñado, sino en lo que he vivido. En mi experiencia, hay una fuerza que me ha cuidado, sostenido y dado la fortaleza necesaria para seguir adelante en los momentos más oscuros.

Recuerdo momentos en mi vida en los que todo parecía perdido, en los que sentía que ya no tenía la fuerza para continuar. 

Sin embargo, en medio de esa desesperación, siempre hubo una voz interior, una sensación de paz que me decía que no estaba sola, que había una mano invisible que me sostenía. 

No sé cómo explicarlo, pero sé que es real. Es una presencia que me envuelve, que me llena de esperanza y que, de alguna manera, me muestra el camino cuando más lo necesito.

No sé cómo será para otras personas, pero para mí, este poder superior es tan real como el aire que respiro. Aunque no puedo verlo ni tocarlo, lo siento profundamente en mi ser. 

Sé que hay algo, una energía, una inteligencia divina que guía mis pasos y que me da la fuerza para enfrentar lo que venga. Y aunque no puedo probar su existencia de manera científica, en mi corazón sé que está ahí.

Creo que la fe es un misterio. No siempre tiene sentido lógico, y a menudo es difícil de explicar con palabras. Pero eso no la hace menos real. Es una certeza que no necesita de evidencia tangible, porque vive en lo más profundo de nuestro ser. 

Para mí, esta fe en lo divino es un faro, una luz que me guía en la oscuridad, una fuente de fortaleza que me permite seguir adelante, pase lo que pase.

Invito a quienes leen estas palabras a reflexionar sobre su propia relación con lo divino. Cada uno tiene su propio camino y su propia verdad. 

Lo importante es encontrar esa paz interior, esa fortaleza que te sostiene cuando todo lo demás falla. 

No importa cómo lo llames o cómo lo experimentes, lo esencial es saber que no estamos solos y que hay algo más allá de lo que podemos comprender.

Así es como yo veo y experimento lo divino. No es algo que pueda definir completamente, pero es algo que me da vida y me da fuerzas cada día. Y por eso, elijo creer.

domingo, 11 de agosto de 2024

Encontrando mi Propio Camino: Reflexiones sobre Fe, Familia y Empatía

Desde hace tiempo, Imagine Dragons ha sido una de mis bandas favoritas, y me identifico profundamente con su vocalista, Dan Reynolds, especialmente por nuestra experiencia compartida como exmormones. 

Como exmiembro de la Iglesia y exmisionera de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD), he recorrido un camino que, aunque personal y difícil, me ha permitido encontrar mi propia verdad.

Alejarme de la Iglesia fue una de las decisiones más complejas que he tomado en mi vida. 

Estoy segura de que mi padre, que en paz descanse, no habría imaginado esta vida para mí, pero sé que Dios sigue siendo una parte esencial de mi existencia. 

Mi relación con Dios es algo que trasciende las estructuras religiosas; es un vínculo personal que me guía y da sentido a mis acciones.

Porque al final del día, no son nuestras afiliaciones religiosas las que nos definen, sino nuestras acciones y cómo tratamos a los demás.

A pesar de haberme distanciado de la Iglesia, mi amor por mi familia sigue siendo profundo e inquebrantable. Ellos significan el mundo para mí, y siempre procuraré mantener esos lazos fuertes, independientemente de las diferencias en nuestras creencias.

La vida me ha enseñado que uno puede alejarse del mundo, pero jamás de su Creador. Las obras que realizamos, nuestra bondad, y la forma en que nos comportamos como seres humanos es lo que realmente importa.

Respeto profundamente a mis amigos y familiares que siguen practicando su fe. Siempre que me invitan, participo en sus actividades religiosas, porque sé que la vida se trata de empatía y amor.

No se trata de imponer nuestras creencias a los demás, sino de convivir con respeto y comprensión, reconociendo que cada uno de nosotros está en su propio viaje espiritual.

Al final, mi mensaje es simple: vivamos en paz con nuestras decisiones, amemos a nuestras familias, y sobre todo, seamos empáticos y respetuosos con las creencias de los demás.

Porque más allá de las etiquetas religiosas, lo que nos define es el amor que somos capaces de dar y recibir.

Gracias por seguir Leyendo este Blog , Saludos y Muchas Bendiciones.





sábado, 10 de agosto de 2024

El Amanecer y el Atardecer: Dos Rostros del Mismo Cielo

Amo los fines de semana, me hacen pensar , escribir .

Cuando escucho una canción o veo alguna frase en una película o serie que me hace ese click y escribir de ese tema, mi mente se echa a volar y se me ocurren ideas cuerdas y otras no tan cuerdas .

El amanecer y el atardecer son como dos amantes que se encuentran en los extremos opuestos del día, siempre separados por las horas, pero unidos en su esencia. 

Ambos marcan los momentos de transición, esos instantes en que la naturaleza se viste con sus mejores colores, creando un espectáculo que nos recuerda lo efímero y a la vez lo eterno.

El amanecer es la promesa de un nuevo comienzo, la esperanza que emerge tímidamente tras la oscuridad. Es un susurro suave que nos invita a despertar, a renacer junto con el sol que asciende, iluminando las sombras de la noche. 

Cada rayo de luz es como un verso que acaricia la piel, un canto al espíritu que se prepara para enfrentar el día con valentía y amor.

El atardecer, por otro lado, es la despedida, pero no de tristeza, sino de agradecimiento. Es el abrazo cálido del sol que se retira, dejando tras de sí un cielo pintado de oro y fuego. 

Es un recordatorio de que todo lo bello en la vida tiene un ciclo, que el cierre de un día es solo la antesala de un nuevo amanecer. 

En ese encuentro entre la luz y la oscuridad, se esconde la magia de lo que fue y lo que será, un momento de paz en el que el corazón se permite soñar.

Ambos, el amanecer y el atardecer, se parecen en su capacidad de tocarnos el alma. 

Son reflejos del mismo cielo, diferentes en su luz, pero iguales en su belleza. 

Nos enseñan que la vida es un ciclo, un baile continuo entre comienzos y finales, donde cada día es una oportunidad para empezar de nuevo y cada noche, una ocasión para descansar y reflexionar.

En sus colores, encontramos metáforas de la vida misma: la esperanza que surge al romper el alba y la serenidad que llega con el ocaso. 

Y en su parecido, descubrimos que, al igual que ellos, todos llevamos dentro tanto la capacidad de iluminar como la de descansar, de amar intensamente cada nuevo día y de dejar ir con gratitud cada final.

Gracias por seguir leyendo , saludos y muchas bendiciones.


La Fuerza de Reparar lo que se Rompió

En la Serie Loki , el dice estas palabras : Quemar todo es sencillo, aniquilar es sencillo, dejar solo cenizas es sencillo. Tratar de reparar lo que se rompió es duro, la esperanza es dura."

Esta frase resuena profundamente en mi mente , porque refleja una verdad universal sobre la vida y la naturaleza humana. 

Destruir es fácil. Cualquiera puede romper algo en un instante, reducirlo a cenizas, y dejarlo atrás.

Pero cuando miramos esas cenizas, cuando enfrentamos las ruinas de lo que una vez fue, entendemos que la verdadera valentía no está en la destrucción, sino en la reconstrucción.

Reparar lo que se rompió es uno de los desafíos más grandes que enfrentamos. Ya sea en nuestras relaciones, en nuestras comunidades, o en nosotros mismos, el proceso de restauración requiere una fuerza y una determinación que muchas veces subestimamos.

Es fácil rendirse ante el caos y la desesperación, pero levantarse y decidir que vale la pena luchar por lo que se ha perdido es una de las expresiones más poderosas de esperanza.

La esperanza es dura porque nos enfrenta a lo desconocido. Nos empuja a creer que, a pesar de las dificultades, hay algo por lo que vale la pena seguir adelante.

Nos desafía a mirar más allá de las cenizas y a imaginar lo que puede surgir de ellas. No es un camino fácil; requiere paciencia, fe, y, sobre todo, amor.

Amor por lo que fue, amor por lo que puede ser, y amor por nosotros mismos y por aquellos que nos rodean.

En un mundo donde la destrucción parece ser la solución más rápida, reparar es un acto de resistencia. Es un acto de fe en la humanidad, en la bondad, y en el futuro.

Cada vez que decidimos recoger los pedazos y empezar de nuevo, estamos afirmando que el bien es más fuerte que el mal, que la creación es más poderosa que la destrucción, y que el amor es más duradero que el odio.

Así que cuando enfrentemos esos momentos en los que todo parece perdido, recordemos que aunque aniquilar puede ser sencillo, reconstruir es lo que verdaderamente define nuestra humanidad.

Y aunque la esperanza sea dura, es la llama que nos guía a través de la oscuridad, hacia un futuro que, aunque incierto, es nuestro para moldear.

Gracias por seguir leyendo , saludos y bendiciones 




viernes, 9 de agosto de 2024

Sentirse Roto

Hay momentos en la vida en los que nos sentimos rotos, como si cada pedazo de nuestro ser se hubiera desmoronado en el suelo, creando un rompecabezas imposible de armar.

Ser una persona rota no es algo fácil de admitir, pero es una realidad que muchos enfrentamos en silencio.

Es en estos momentos cuando el dolor, la pérdida y la adversidad nos fragmentan, dejándonos con la sensación de que nunca volveremos a ser completos.

Sentirse roto es una experiencia profundamente humana.

Cada pieza de ese rompecabezas que alguna vez fuimos representa una parte de nuestra historia: nuestros sueños, nuestras luchas, nuestras alegrías y nuestras penas.

Cuando esas piezas se dispersan, nos enfrentamos a la difícil tarea de recogerlas, sabiendo que algunas de ellas han cambiado para siempre. 

Pero ser una persona rota no significa estar destruido. Al contrario, significa que hemos sobrevivido. A pesar de todo, seguimos aquí, tratando de reconstruirnos con las piezas que nos quedan.

Es en ese proceso de reconstrucción donde encontramos nuestra verdadera fuerza. Como un artesano que con paciencia y amor repara una obra de arte, nosotros también podemos encontrar la belleza en nuestras cicatrices, en nuestras imperfecciones, y en nuestra resiliencia.

El renacimiento del ave Fénix es una metáfora poderosa de esta transformación. El Fénix, envuelto en llamas, se reduce a cenizas solo para resurgir más fuerte, más sabio y más brillante.

Nosotros también podemos renacer de nuestras propias cenizas. Cada vez que nos levantamos después de haber caído, cada vez que nos enfrentamos a la adversidad y salimos adelante, estamos encarnando el espíritu del Fénix.

Renacer no significa olvidar lo que nos rompió. Las cicatrices que llevamos son recordatorios de las batallas que hemos librado y de las victorias que hemos ganado.

Nos recuerdan que somos sobrevivientes, que tenemos la capacidad de reconstruirnos y de transformarnos.

Como un rompecabezas humano, podemos decidir cómo reorganizar nuestras piezas, cómo rediseñar nuestra vida, y cómo darle un nuevo significado a lo que somos.

En este viaje de reconstrucción, es importante recordar que no estamos solos. Otros también están recogiendo las piezas de su propio rompecabezas, luchando con sus propias llamas.

Juntos, podemos apoyarnos, inspirarnos y aprender que, aunque estemos rotos, podemos encontrar la manera de volver a brillar. 

Gracias por continuar leyendo, saludos y bendiciones, 



miércoles, 7 de agosto de 2024

Poema : La Ilusión

En sueños tejí un mundo de esperanza,  

un amor imposible que mi corazón guardaba,  

alimentando ilusiones con cada mirada,  

aunque en mi alma sabía que era nada.

Recorrí senderos de fantasía y deseo,  

creyendo en palabras que nunca existieron,  

dibujando un futuro que nunca llegó,  

construyendo castillos que el viento arrasó.

Ahora sé que él tiene otra mano que sostener,  

y aunque mi mente jugaba a imaginarlo mío,  

en mi pecho un vacío comienza a crecer,  

un vacío que no logra despertar ni un frío suspiro.

Quisiera llorar por lo que nunca fue,  

pero no hay lágrimas que puedan caer,  

pues mi corazón sabía desde el primer día  

que este amor era solo una dulce fantasía.

Aunque el desencanto me roza y me hiere,  

no hay lamento que mi alma libera,  

pues en mi pecho aún late la esperanza  

de que algún día llegue un amor que me abrace 

Y que sostenga mi corazón.

Frente al Lienzo Blanco

  Escribir en un lienzo blanco   me da la sensación de amplitud,   un universo lleno de posibilidades,   donde cada palabra es una estrella ...