Hoy es un día teñido de luz,
un susurro dorado en el viento,
un canto que danza entre risas,
dibujando estrellas en los rostros.
La felicidad no es destino,
es un instante atrapado en el alma,
una caricia en el pecho,
un latido que canta sin prisa.
No es el oro, ni el triunfo, ni el tiempo,
es el abrazo que sana las sombras,
el eco de un “te quiero” sincero,
la risa que rompe silencios.
Felicidad es mirar el cielo
y hallar en su azul un refugio,
es saber que el sol brilla dentro,
aun cuando la tormenta nos toque.
Celebremos la vida sin miedo,
dejemos que el alma sonría,
pues el mundo se viste de magia
cuando el corazón se siente en casa.
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