viernes, 14 de febrero de 2025

El Amor Que Siempre Ha Estado Contigo



Hoy, en el Día de San Valentín, el mundo se llena de flores, chocolates y promesas de amor eterno. 

Pero entre tanto ruido, hay un amor que solemos olvidar: el amor de Dios y el amor propio, que son inseparables.


La Biblia nos recuerda: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31). 

Pero ¿cómo podemos amar a otros si primero no aprendemos a amarnos a nosotros mismos? 

El amor propio no es egoísmo, sino un reflejo del amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Somos su creación, su obra maestra, y Él nos ama con un amor perfecto e incondicional.


El Libro de Mormón también nos enseña que el amor de Dios es la fuente de todo gozo verdadero: “La caridad es el amor puro de Cristo, y permanece para siempre” (Moroni 7:47). 

Ese amor nos invita a vernos con misericordia, a cuidarnos y a recordar que, sin importar nuestras fallas, siempre somos dignos de amor y perdón.


Así que hoy, más allá de los regalos y las flores, date el mejor obsequio: reconocer tu valor a los ojos de Dios

Ama a los demás, pero no olvides amarte a ti mismo, porque en cada acto de amor propio estás honrando al Creador que te hizo con propósito y amor infinito.


Feliz San Valentín, porque el amor más grande siempre ha estado contigo. ❤️


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Our Blessings Disguised as Trials and the Importance of the Sacrament

Life is full of challenges. Often, trials seem to darken our horizon and make us question whether we are truly loved by our Heavenly Father....