viernes, 27 de diciembre de 2024

El Eco de nuestras huellas



El mar, testigo eterno,

susurra historias de esperanza,

pero también llora

por las huellas que dejamos.


Un vaso olvidado,

un fragmento de descuido,

esconde el canto de las olas,

apaga la voz de la tierra.


Sin embargo, hoy,

tus manos y las de tu hijo

se convierten en faros,

recogiendo lo que otros olvidaron,

reparando lo que otros rompieron.


Porque amar el planeta

es más que mirar sus paisajes;

es escuchar su llamado,

y responder con acciones,

con el eco de nuestras huellas limpias.


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