Oh, pobre tobillo que hoy te quejas,
te doblaste al estilo de una pareja,
bailando un giro, ¡pero sin compás!,
y ahora me dejas coja, ¡vaya audaz!
Caminaba yo con todo mi porte,
cuando de repente, ¡zas!, el soporte,
se fue de paseo, me dejó plantada,
y el suelo y yo tuvimos charla inesperada.
Hinchas como un balón de fútbol,
¿te crees el héroe de algún club cool?
Te envuelvo en vendas, te pongo hielo,
pero tú sigues armando revuelo.
¡Ah, tobillo rebelde, de espíritu travieso!
Hoy eres el rey de mi quejido espeso,
te perdonaré si prometes curarte,
y no volver a doblarte sin avisarme.
Así que ahí estás, pequeño traidor,
aunque te mimo, ¡qué actor!
Pero cuando sanes, ya verás,
¡serás vigilado en cada paso que das!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario