jueves, 11 de julio de 2024

Tener un buen corazón no está pasado de moda.

Hoy quiero hablarles sobre una creencia que llevo en mi corazón:

"Dicen que me hace falta malicia, pero yo creo que no me falta nada. Es la gente la que necesita tener un buen corazón".

En nuestra sociedad, a menudo se valora la astucia y la malicia como herramientas para sobrevivir y prosperar.

Sin embargo, me gustaría desafiar esta idea y sugerir que lo que realmente necesitamos es más bondad y compasión.

Permítanme compartir algunos ejemplos. Pensemos en el campo de la medicina. Durante mi reciente operación complicada, me di cuenta de que, más allá de la habilidad técnica del equipo médico, lo que marcó la diferencia fue la compasión y el cuidado que mostraron. Mi médico, con su compromiso y dedicación, no solo me ayudó a sanar físicamente, sino que también me brindó un apoyo emocional invaluable. Su buen corazón fue el verdadero sanador.

En nuestra vida cotidiana, encontramos innumerables oportunidades para ejercer la bondad. Recuerdo una ocasión en la que un amiga cercano se enfrentaba a una situación difícil. En lugar de ofrecer consejos calculadores, decidí escuchar con empatía y ofrecer mi apoyo incondicional. Esta simple muestra de compasión fortaleció nuestra amistad y le brindó la fuerza necesaria para superar sus desafíos. 

Otro ejemplo es mi deseo de iniciar un negocio relacionado con la salud.

Mi objetivo no es solo generar ingresos, sino también ofrecer un servicio que realmente beneficie a las personas.Quiero crear un espacio donde se brinde atención y cuidado genuino, desde consultas y exámenes de fisioterapia hasta la venta de productos que mejoren la calidad de vida.

Creo firmemente que liderar con el corazón y la integridad atraerá a personas que valoren lo mismo.

En contraste, aquellos que se enfocan en la malicia y la manipulación pueden encontrar éxito temporal, pero a largo plazo, las relaciones genuinas y el respeto verdadero son los que perduran.

La malicia puede abrir puertas, pero es el buen corazón el que construye puentes y crea conexiones duraderas.

En mi opinión muy personal No necesitamos más malicia en el mundo.

Lo que realmente hace falta es más gente con buen corazón. Al cultivar la bondad y la compasión, no solo mejoramos nuestras propias vidas, sino que también creamos un entorno más positivo y solidario para todos.

Así que, cuando alguien te diga que te falta malicia, recuerda que tener un buen corazón es tu verdadera fortaleza. 

Muchas gracias por leer este blog, bendiciones 



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