martes, 23 de julio de 2024

Me traicione

En el jardín de mi alma, fui la jardinera que dejó que las flores se marchitaran.

Descuidé el cuidado diario, permitiendo que las malas hierbas del desdén y la indiferencia ahogaran los brotes de esperanza y amor propio.

Caminé por senderos olvidados, ignorando las señales de advertencia que clamaban por atención.

En el espejo de la vida, me volví una sombra borrosa de lo que una vez fui, un eco distante en un vasto y vacío abismo.

Las raíces de mi ser, hambrientas y sedientas, buscaron en vano el sustento que yo misma les negué.

Y así, me abandoné, convirtiéndome en una figura perdida en el laberinto de mi propio descuido, esperando el día en que la luz de la autocompasión ilumine nuevamente mi camino.

En el vasto desierto de mi existencia, me convertí en un nómada sin rumbo, ignorando los oasis de cuidado propio que encontré en el camino.

Dejé que el sol abrasador de la autocrítica quemara la piel de mi autoestima, mientras caminaba ciegamente hacia un horizonte lejano y vacío.

Las noches frías del desánimo se convirtieron en mi compañía constante, mientras la luna de mis sueños se desvanecía detrás de nubes de indiferencia.

En lugar de construir refugios de autocompasión y cuidado, permití que las tormentas de la duda y el abandono erosionaran las bases de mi ser.

Así, me abandoné a mí misma, convirtiéndome en un viajero perdido en el desierto de la propia desatención, esperando el amanecer de una nueva esperanza.



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