Este mundo puede herirte como un océano tempestuoso que golpea incansablemente las costas.
Las olas representan los desafíos y las adversidades de la vida, que pueden erosionar tu fortaleza y dejar cicatrices en tu espíritu.
Sin embargo, así como la costa se adapta y resiste, tú también puedes encontrar en tu interior la resiliencia para soportar y superar estas pruebas.
Cada herida puede convertirse en una marca de batalla, una prueba de tu capacidad para sanar y emerger más fuerte, como una roca moldeada y perfeccionada por el implacable abrazo del mar.
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