martes, 23 de julio de 2024

La rehabilitación postoperatoria no es como la pintan en las Peliculas

Siento que la rehabilitación va lenta y hay un gran camino por recorrer, la realidad es que es dolorosa, agotadora y a menudo frustrante.
La rehabilitación no es como la pintan , estás todo el día en cama o echado como dicen , y viendo TV todo el día . La rehabilitación postoperatoria es dolorosa, cansada, frustrante , decepcionante, te pones triste , pero hay esperanza al final del agonía tal vez solo estoy siendo dramática 😅😅 pero en el drama hay mucha verdad. No lo creen?

En lugar de gloriosos momentos de avance, te encuentras pasando la mayor parte del día en la cama, como un espectador obligado en un maratón de televisión interminable.

Hay días en los que la tristeza y la decepción parecen llenar cada rincón de tu habitación. Sin embargo, en medio de toda esta agonía, hay un destello de esperanza que brilla en la distancia.

Sí, puede que esté siendo un poco dramática, pero es en esos momentos de drama donde encontramos la verdadera esencia de nuestra fuerza. 

Así que he pintado de dos maneras este proceso que voy viviendo: 

La rehabilitación es como escalar una montaña alta y escarpada, donde cada paso es un esfuerzo consciente y cada respiro es una batalla ganada.
Al inicio, la cumbre parece inalcanzable, envuelta en nubes de incertidumbre y dolor.
Cada día trae consigo un nuevo reto, un nuevo obstáculo que enfrentar. 
El avance es lento, a veces casi imperceptible, y el camino parece interminable.
Sin embargo, con cada pequeño ascenso, el horizonte se amplía un poco más, y la vista se vuelve más clara.

Cada paso, por pequeño que sea, es una victoria, una señal de que la cumbre, aunque lejana, está ahí, esperando.
Y así, con paciencia y determinación, el viajero avanza, sabiendo que cada esfuerzo lo acerca un poco más a la cima, donde la luz de la recuperación finalmente brillará plena y victoriosa. 

La rehabilitación postoperatoria es como un amanecer tras una larga noche de tormenta.
Al principio, el horizonte parece distante y oscuro, con nubes de dolor y agotamiento cubriendo cada paso.
Pero a medida que los días avanzan, cada rayo de sol representa un pequeño triunfo: un paso más sin dolor, una noche de sueño más tranquila, un gesto amable de apoyo.
Es un viaje de renacimiento, donde el cuerpo y el alma se regeneran lentamente, encontrando fuerzas en las pequeñas victorias cotidianas.
Como una flor que se abre tímidamente al calor del sol, así se despliega el espíritu, volviendo a florecer con cada nuevo amanecer, con cada nuevo intento, hasta que finalmente, la tormenta es solo un recuerdo y la vida resplandece con nueva luz y esperanza.

Al final, cada pequeño paso, cada sonrisa robada a un día gris, nos lleva más cerca de la luz al final del túnel, recordándonos que la recuperación, aunque lenta y difícil, también es una promesa de renovación y fortaleza.




Me traicione

En el jardín de mi alma, fui la jardinera que dejó que las flores se marchitaran.

Descuidé el cuidado diario, permitiendo que las malas hierbas del desdén y la indiferencia ahogaran los brotes de esperanza y amor propio.

Caminé por senderos olvidados, ignorando las señales de advertencia que clamaban por atención.

En el espejo de la vida, me volví una sombra borrosa de lo que una vez fui, un eco distante en un vasto y vacío abismo.

Las raíces de mi ser, hambrientas y sedientas, buscaron en vano el sustento que yo misma les negué.

Y así, me abandoné, convirtiéndome en una figura perdida en el laberinto de mi propio descuido, esperando el día en que la luz de la autocompasión ilumine nuevamente mi camino.

En el vasto desierto de mi existencia, me convertí en un nómada sin rumbo, ignorando los oasis de cuidado propio que encontré en el camino.

Dejé que el sol abrasador de la autocrítica quemara la piel de mi autoestima, mientras caminaba ciegamente hacia un horizonte lejano y vacío.

Las noches frías del desánimo se convirtieron en mi compañía constante, mientras la luna de mis sueños se desvanecía detrás de nubes de indiferencia.

En lugar de construir refugios de autocompasión y cuidado, permití que las tormentas de la duda y el abandono erosionaran las bases de mi ser.

Así, me abandoné a mí misma, convirtiéndome en un viajero perdido en el desierto de la propia desatención, esperando el amanecer de una nueva esperanza.



Disfrutar del Tiempo: Dejé las prisas. Sea más productivo de Catherine Blyth

No pretendo hablar de todo el Libro, pero si puedo decir que es un libro que explora la relación moderna con el tiempo, invitando a los lectores a reconsiderar cómo perciben y utilizan su tiempo para mejorar su bienestar y productividad. 

Es un libro a mi parecer científico en el que Catherine Blyth aborda un tema central en la vida contemporánea: la percepción y gestión del tiempo. En una era donde la velocidad y la eficiencia son valoradas por encima de todo, Blyth nos invita a detenernos y reconsiderar cómo estamos utilizando nuestro tiempo y qué efectos tiene esto en nuestra vida diaria. 

El libro comienza examinando cómo la sociedad moderna ha llegado a idolatrar la rapidez y la multitarea, a menudo a expensas de nuestra salud mental y física.

Blyth argumenta que esta obsesión con la productividad ha llevado a una desconexión con el presente y una pérdida de disfrute en nuestras actividades cotidianas.

A lo largo del libro, Blyth ofrece una serie de reflexiones y consejos prácticos para redefinir nuestra relación con el tiempo. En lugar de ver el tiempo como un recurso escaso que debe ser maximizado, sugiere que aprendamos a valorarlo como una oportunidad para el crecimiento personal y el disfrute.

La enseñanza principal de "Disfrutar del Tiempo" es la importancia de la calidad sobre la cantidad en cuanto al uso del tiempo. Blyth nos recuerda que estar constantemente ocupados no es sinónimo de ser productivos o felices.

Al contrario, la verdadera productividad y satisfacción provienen de aprender a vivir en el momento, de ser conscientes de nuestras acciones y de encontrar placer en las pequeñas cosas de la vida. Blyth propone prácticas concretas para lograr este cambio de perspectiva, tales como la meditación, la planificación consciente del tiempo y la priorización de actividades que nos brinden alegría y significado.

El libro enfatiza la necesidad de desconectar de la tecnología y las distracciones constantes para poder conectar verdaderamente con nosotros mismos y con los demás. 

"Disfrutar del Tiempo" es una invitación a dejar atrás la prisa y a redescubrir el valor del tiempo bien empleado. 

Catherine Blyth nos guía a través de un viaje de autodescubrimiento y nos proporciona herramientas para vivir una vida más plena y consciente.

En un mundo que constantemente nos empuja a hacer más y más rápido, este libro es un recordatorio oportuno de que, a veces, hacer menos y hacerlo mejor es la clave para una vida más rica y satisfactoria. 



domingo, 21 de julio de 2024

La Humanidad en la Medicina: Reflexiones sobre la Práctica Médica y la Mala Praxis

La medicina, una de las profesiones más nobles, tiene el poder de salvar vidas y aliviar el sufrimiento. Sin embargo, como en cualquier otra profesión, existen fallas y errores humanos que pueden tener consecuencias devastadoras.

Quiero compartir una experiencia personal que, lamentablemente, no es aislada.

Mi padre en mi país natal fue mal diagnosticado a raíz de su mal diagnóstico su enfermedad se aceleró y el murió , esto pasó hace ya aproximadamente 5 años. Fui víctima de mala praxis médica, el cual esto me ha llevado a tener tres (3) intervenciones quirúrgicas y un querido amigo perdió a su padre por la misma razón.

Y podemos ver casos documentados, investigados en las noticias. Así como los casos que nunca salen a la luz y el silencio enluta y deja un sabor amargo en cada familia que ha experimentado esto.

Estas experiencias nos han marcado profundamente y nos llevan a reflexionar sobre la importancia de la ética y la humanidad en la práctica médica.

En primer lugar, quiero dejar claro que este artículo no es un ataque contra los médicos en general. Reconozco y valoro profundamente a aquellos profesionales de la salud que trabajan incansablemente con ética y compasión, poniendo el bienestar de sus pacientes por encima de todo.

Su dedicación y sacrificio son invaluables. Sin embargo, también es necesario hablar sobre aquellos que, por diversas razones, no cumplen con los estándares éticos que la medicina exige.

La mala praxis médica puede tener muchas formas: diagnósticos erróneos, procedimientos innecesarios, negligencia y, en casos extremos, la pérdida de vidas. 

Estos errores no solo afectan físicamente a los pacientes, sino que también dejan cicatrices emocionales profundas en ellos y en sus seres queridos.

Como seres humanos, ¿no merecemos todos ser tratados con la dignidad y el respeto que nuestra condición humana exige?

La medicina es, en su esencia, un acto de humanidad. Los pacientes no son simplemente números o casos clínicos; son personas con historias, emociones y esperanzas.

La relación médico-paciente debe basarse en la confianza y el respeto mutuo.

Los médicos tienen la responsabilidad de escuchar a sus pacientes, de comprender sus miedos y preocupaciones, y de actuar siempre en su mejor interés. 

Voy a cumplir un mes que me intervinieron quirúrgicamente, el cirujano y su equipo me trataron con humanidad, se preocuparon por mi hasta lo más mínimo y estoy muy agradecida por eso.

Es fundamental que se promueva una cultura de reflexión y aprendizaje continuo en el campo de la medicina.

Los errores deben ser reconocidos y analizados, no para buscar culpables, sino para prevenir que se repitan.

La transparencia y la comunicación abierta son claves para mejorar la calidad de la atención médica y para restaurar la confianza de los pacientes. Además, es esencial que se fomente una mayor empatía en la formación de los futuros médicos.

La competencia técnica es vital, pero debe ir de la mano con una profunda comprensión de la condición humana. Los médicos deben ser formados no solo para curar enfermedades, sino también para acompañar a sus pacientes en sus momentos más vulnerables, ofreciendo no solo su conocimiento, sino también su apoyo emocional.

En conclusión, este artículo es un llamado a la reflexión y a la conciencia médica. 

A todos los profesionales de la salud, les pido que recuerden siempre la razón por la que eligieron esta noble profesión: para ayudar y sanar a otros seres humanos.

A la sociedad en general, les invito a ser conscientes de la importancia de exigir y apoyar una práctica médica ética y humanitaria.

Todos merecemos ser tratados con dignidad y respeto. Como pacientes, confiamos nuestras vidas en manos de los médicos, y es justo esperar que esa confianza sea honrada con el mayor compromiso y humanidad posible. 

Gracias por seguir leyendo este blog, Bendiciones 




Nunca Más: Aprender del Pasado para Proteger el Futuro

Hoy decidí escribir acerca de un tema muy delicado y susceptible, ya que en cualquier lugar que quieres investigar por internet acerca de los nazis o las atrocidades que se han llevado a cabo, te dejan una advertencia.

Este tema es para reflexionar sobre uno de los capítulos más oscuros de la historia humana, con el propósito de asegurar que nunca se repita y bueno no tengo una varita mágica , pero creo que cada uno de los que me lee puede hacer la diferencia.

La serie japonesa que he tenido la oportunidad de ver, nos sumerge en las horribles atrocidades cometidas por el Escuadrón 731 durante la Segunda Guerra Mundial, una unidad del ejército japonés que llevó a cabo experimentos inhumanos con seres humanos. Estas acciones, aunque son difíciles de comprender y aceptar, son una parte integral de nuestra historia que no debe ser olvidada.

De manera similar, la humanidad ha sido testigo de las terribles crueldades infligidas por el régimen nazi contra el pueblo judío y otras minorías.

El Holocausto representa una de las mayores tragedias de la historia, una época en la que la crueldad humana alcanzó niveles inimaginables. Estas historias, por dolorosas que sean, deben ser contadas y recordadas. No para perpetuar el odio, sino para educar y concienciar a las futuras generaciones sobre los peligros de la deshumanización y la indiferencia.

Al recordar estos eventos, no busco herir sensibilidades, sino apelar a nuestra humanidad compartida.

Debemos reconocer que cada vida humana es valiosa y que todos merecemos vivir en un mundo libre de odio y violencia.

Recordar estos eventos no es un ejercicio de rencor, sino un compromiso con la justicia y la dignidad humana.

Nuestro mundo enfrenta muchos desafíos, y en ocasiones, puede parecer que la historia se repite. Sin embargo, tenemos el poder de cambiar el curso de los acontecimientos.

Cada uno de nosotros puede aportar un granito de arena para construir un futuro más justo y compasivo.

Debemos educar a nuestros hijos y a nuestros jóvenes sobre la importancia del respeto y la tolerancia.

Debemos levantar nuestras voces contra la injusticia y defender los derechos de todos los seres humanos, sin importar su origen, religión o creencias.

No podemos cambiar el pasado, pero podemos aprender de él.

Podemos honrar la memoria de las víctimas asegurándonos de que sus historias no se olviden y que sus sufrimientos no hayan sido en vano.

Podemos trabajar juntos para crear un mundo donde la dignidad humana sea respetada y donde todos puedan vivir en paz y seguridad.

Hoy, les invito a reflexionar sobre nuestro papel en la construcción de un futuro mejor.

Recordemos con dolor, pero también con esperanza, y comprometámonos a ser los guardianes de la humanidad que necesitamos.

Gracias por leer, bendiciones.



jueves, 18 de julio de 2024

El Sentimiento de Ser una Humana Reparada

La experiencia de pasar por múltiples cirugías puede dejar una marca profunda, no solo en el cuerpo, sino también en el alma.

Este es mi relato, el de una humana reparada, que ha visto su cuerpo invadido y modificado en un intento de restaurar lo que la naturaleza y el destino quebraron.   (Llámelos así porque realmente fueron médicos lo que no hicieron bien su trabajo lastimosamente) 

En mi primera operación, me quitaron el apéndice, un órgano que aunque pequeño, formaba parte de mi integridad física. Luego, en la segunda intervención, me arrebataron la matriz y los ovarios, aquellas partes que simbolizaban mi capacidad de crear vida, dejando un vacío no solo físico, sino también emocional.

Esta pérdida fue una invasión a mi esencia, una alteración de lo que solía ser mi identidad femenina.Sin embargo, el calvario no terminó allí. 

La segunda operación dejó secuelas, errores que tuvieron que ser corregidos en una tercera intervención. Esta vez, además de reparar los daños anteriores, me encontraron con tres hernias que fueron selladas con mallas.

Estas mallas, ajenas a mi biología, fueron insertadas para mantener unido lo que el dolor y la fragilidad habían separado. Me siento como una humana reparada, una entidad compuesta de piezas que ya no son del todo mías.

Las partes de mi cuerpo que me definían fueron removidas, y en su lugar, ahora residen estas mallas, estructuras extrañas que aunque necesarias, me hacen sentir distante de mi propia humanidad. Es como si mi cuerpo fuera un lienzo que ha sido retocado una y otra vez, con parches y remiendos que cuentan la historia de una batalla constante por la supervivencia.

Este sentimiento de invasión, de ser una obra de reparación médica, es difícil de describir. Me miro en el espejo y veo una persona que ha sido modificada, un cuerpo que ha sido intervenido para seguir funcionando, pero que lleva consigo las cicatrices y las marcas de una lucha que va más allá de lo físico.

Cada cicatriz es un recordatorio de lo que he perdido y de lo que he ganado, un símbolo de resiliencia, pero también de vulnerabilidad. No obstante, a pesar de sentirme como una humana reparada, hay una fortaleza que surge de esta experiencia.

He aprendido a apreciar la fragilidad de la vida y la increíble capacidad del cuerpo para sanar y adaptarse. Aunque partes de mí han sido removidas y sustituidas, mi esencia, mi espíritu, sigue intacto.

Soy más que las partes que me componen; soy una humana que ha enfrentado la adversidad y ha salido adelante. Pero no quiero dejar a Dios, el Universo, el Creador de un lado, porque sin su misericordia no estaría acá escribiendo de esto. El me ha sostenido en cada momento de mi vida, y he visto su mano ahí junto a mi. 

El dolor, a veces no nos deja ver en 4ta. Dimensión como decía el Doc de volver al Futuro ( Back to the Future).

Es esta mezcla de vulnerabilidad y fortaleza la que me define ahora.

Ser una humana reparada no me hace menos humana, sino quizás, más consciente de la maravilla y la fragilidad de la existencia.

Cada día que vivo es una victoria, un testimonio de la capacidad de Sanación y de la inquebrantable voluntad de seguir adelante, a pesar de las cicatrices y los remiendos que llevo dentro.



miércoles, 17 de julio de 2024

El Valor de la Salud: Un Discurso de Esperanza y Fe

Hoy quiero hablarles sobre algo que todos poseemos, pero que a menudo damos por sentado: nuestra salud. 

La salud es el pilar fundamental sobre el cual construimos nuestras vidas. Es el tesoro más valioso que tenemos, porque sin ella, nuestras aspiraciones, sueños y deseos se vuelven inalcanzables.

Cuando gozamos de buena salud, el mundo entero parece estar a nuestro alcance. Podemos trabajar, estudiar, amar, y disfrutar de cada momento con una energía y vitalidad que nos impulsa hacia adelante.

La salud nos permite experimentar la belleza de la vida en todas sus formas, desde una simple caminata por el parque hasta las risas compartidas con amigos y familiares.

Sin embargo, es cuando enfrentamos desafíos de salud que realmente comprendemos su verdadero valor.

La pérdida de la salud puede ser un golpe devastador, que nos hace reevaluar nuestras prioridades y apreciar lo que antes dábamos por sentado. Es en esos momentos de vulnerabilidad y lucha, cuando nos damos cuenta de lo afortunados que éramos al tener un cuerpo y una mente sanos.

Pero incluso en los momentos más oscuros, hay esperanza.

La fe en nuestra capacidad de sanar y la fortaleza interna que todos poseemos nos pueden guiar a través de los desafíos más difíciles.

La rehabilitación, aunque dolorosa y frustrante, es un camino hacia la recuperación y la renovación. Cada pequeño avance es una victoria, y cada día que enfrentamos con coraje nos acerca más a la recuperación.

Es fundamental recordar que no estamos solos en este viaje. El amor y el apoyo de nuestros seres queridos, junto con la dedicación de los profesionales de la salud, son fuerzas poderosas que nos sostienen y nos ayudan a seguir adelante.

La fe en nosotros mismos y en nuestras capacidades, así como la confianza en el proceso de sanación, son esenciales para superar los obstáculos.

Así que hoy, les invito a reflexionar sobre el valor de la salud. Apreciemos cada día de bienestar y cuidemos de nuestros cuerpos y mentes con la misma devoción con la que cuidamos de nuestros seres queridos.

Porque en la salud, encontramos la libertad de vivir plenamente y de perseguir nuestros sueños con toda la fuerza de nuestro ser.

Y para aquellos que están- y me incluyo -en el camino de la recuperación, sepan que hay luz al final del túnel. Mantengan la esperanza viva y confíen en que cada esfuerzo, cada pequeño paso hacia adelante, es un paso más hacia una vida plena y saludable.

La salud puede ser frágil, pero nuestra determinación y espíritu son inquebrantables. Con fe y esperanza, superaremos cualquier desafío que se nos presente. 

Porque al final del día, la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino la presencia de fuerza, amor y resiliencia en nuestras vidas. 

Muchas gracias y muchas bendiciones.



Oda a la Muerte

Muerte, silenciosa compañera,   que caminas de la mano del tiempo,   no eres sombra que aterra,   sino el susurro del viento. Vienes como el...