Hace un poco más de 15 días , escribí esto, fue cuando encontré el zapatito de payaso entre otras cosas, andando por la Zona 1, yo siempre uso esta palabra vagabundear, porque la usaba mucho mi abuela , ella la usaba para regañarme, yo la uso como broma y como decir ando paseando relajadamente sin preocuparme.
Y realmente me causa gracia.
Así que voy a respetar la idea original del escrito y empezaré con el Hoy, porque el Hoy en ese momento para mí fue muy especial.
Un pequeño regreso al tiempo , al menos así lo imaginé .
Hoy, entre las prisas y el tráfico provocado por las procesiones en la zona 1, mis ojos se detuvieron en una escena que parecía sacada de otra época: una iglesia antigua, católica, escondida entre los edificios. Parecía abandonada, olvidada por el tiempo, con un aire de misterio que la envolvía.
Las estatuas que flanqueaban la entrada parecían vigilar silenciosamente, como si estuvieran protegiendo secretos guardados durante siglos. Los cables que cruzaban frente a ella parecían ser telarañas urbanas, atrapando las historias de quienes alguna vez cruzaron su umbral.
Mientras esperaba en el tráfico, mi mente se llenó de preguntas:
¿Qué historias habrá visto este lugar?
¿Cuántas almas habrán buscado consuelo entre sus paredes?
Tal vez, en algún momento, fue el centro de la vida de un barrio, llena de fieles y de rituales. Pero hoy, parecía una reliquia, atrapada entre el bullicio de la ciudad moderna y el silencio de su pasado.
Por un momento, mientras el sol se reflejaba en su fachada desgastada, me imaginé entrando.
Quizás, al cruzar esa puerta, el tiempo se detendría, y podría ver todo lo que esta iglesia ha presenciado, susurrando historias de un tiempo olvidado.
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